VI (Diario del discípulo)

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Hoy no has tenido un buen día. Lo sé, porque te he observado desde lejos, mientras buscabas, casi desquiciado, un quiosco de prensa. Qué ironía. Yo trabajé en un quiosco hace años.Supongo que lo recuerdas. No será necesario, claro, que te lo recuerde. Fue una época bonita.Recuerdo cómo jugábamos tú y yo al ratón y al gato. Es difícil olvidar, maestro, la cantidad de cosas útiles, interesantes, que me enseñaste. Ahora, después de tantos años, sólo puedo agradecerte todo lo que hiciste por mí.

Pero hoy, sin embargo, no has tenido un buen día. Y yo sé que es porque tu obra no ha salido en los papeles. No desesperes, amigo mío. Sé que la siguiente saldrá. Al final, las cosas bien hechas acaban por dar fruto.

No estoy seguro de la razón por la que estás tan interesado en que tu obra salga publicada en los medios de comunicación. Supongo que andas buscándome. Imagino que estás tratando de llamar mi atención, para que yo vaya en tu busca. Sé que es por eso. No tenías que haberte molestado.Pero, igualmente, agradezco tu esfuerzo. No caerá en saco roto. Recogeré tu guante, me acercaré a ti. Pero aún no. Aún no es el momento.

Entre tanto, mi querido maestro, quiero hablarte sobre algo en lo que he estado pensando últimamente. Creo que comienzo a entenderte bien, amigo mío. Verte de nuevo por esta ciudad,caminando por estas calles, me ha hecho reflexionar mucho. He pasado noches enteras pensando, divagando, recordando. Y creo que ya te comprendo. Tú eres bueno. Eres el bueno de esta película,de esta vida. Ellos son los malos, los malvados, los perversos. Y por eso hay que matarlos,aniquilarlos. Pero, ¿qué soy yo? Yo, querido mío, no soy ellos. Pero tampoco soy tú. Entonces, ¿qué es de mí? ¿Cuál es mi papel en toda esta farsa? Siempre, claro, desde tu punto de vista. Esta vida,amigo, es como un experimento teatral. Es como una gran obra de teatro coral, en la que cada personaje es su propio director. Así que, claro, cada uno tiene su propia visión del texto, del espacio y del tiempo. Y en esa obra, en la tuya, ¿qué soy yo?

Yo no puedo ser un simple malo más. Eso me colocaría a la misma altura que el resto de tus... víctimas. Y me niego a creer que estés tan obsesionado por un simple personaje más. No, yo tengo que ser algo distinto, algo especial. Pero no soy el bueno, ese eres tú, ni uno de los malos.¿Soy yo, tal vez, el Dios supremo que todo lo ordena?

Yo psicópata. El diario de un asesino IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora