Capítulo 1

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<< Así que esto es Argent, la discoteca donde celebraremos la graduación, genial. Cálmate Lilith hoy te vas a divertir y vas a dejar atrás los males de amores y las dichosas responsabilidades que te ha dicho tu madre>>

–Ya hemos llegado –mi hermano mayor espera impaciente a que yo regrese de mis pensamientos.

Al ver que no hago otra cosa que mirar por la ventana me coge del hombro y me gira para mirarle.

–¿No le has dicho a mama que es una fiesta universitaria verdad? –Max me mira con expresión divertida, y al no contestar se echa a reír.

–Por eso me has pedido que te lleve yo... –sigue mientras intenta hacerse el duro.

–Exacto, veo que lo has pillado –le digo haciendo gestos con la cabeza.

Con Max siempre podía bromear, él es distinto a toda mi familia, bueno lo que queda de ella. Me comprende cuando nadie lo hace, no me interroga cuando me voy de fiesta y lo mejor, es que en el fondo somos iguales.

- Sabes, eres igualita a mí cuando tenía 17.

Pues sí, tiene razón. En eso no me puedo negar. Nos parecemos demasiado. Los mismos ojos verdes. Soy nerviosa igual que lo era él. A los dos nos mata la curiosidad, y nuestro mayor refugio son los libros donde el surrealismo es real. Papa siempre decía que yo era un clon de Max, y yo siempre sonreía cuando me lo decía. Pero ahora, ya no está para repetírmelo cada vez que mi hermano y yo hacemos algo similar.

–¿Y qué le decías a mama cuando te colabas en una fiesta? –hizo una sonrisa discreta y sus hoyuelos se empezaron a marcar.

– Que me quedaba en casa de un amigo a dormir... -mis ojos se abrieron como platos, y la sinceridad en los ojos de Max me hizo quererle aún más.

–Pues sí, somos tal para cual. –Levanto la mano para chocar la con la suya y hacer nuestro pequeño saludo entre hermanos. Empezamos a reír como de costumbre cuando veo un mensaje de mí mejor amiga en el móvil.

<<estoy en el coche, te espero fuera>>

Mi mirada rápidamente pasa del teléfono al retrovisor.

-Tengo que irme, Scarlett me espera fuera.

Tenía ganas de que empezara lo bueno, pero pasar tiempo con mi hermano amortiguaba las ansias.

–Antes de que saltes del coche una cosa más... –Me giro hacia él con expresión confundida.

–Por si acaso llega a pasar... Usa preservativos... –Su sonrisa se intensifica. Ni siquiera me mira al decirlo, mira hacia adelante con una sonrisa burleta en la cara. Mi puño acaba en su hombro y su falsa mueca de dolor hace que me den ganas de volverle a dar otro.

–Yo también te quiero... –le respondo irónicamente mientras abro la puerta del coche.

Al salir el suave viento de medianoche me roza la cara, haciendo que se levante mi pelo castaño claro con mechas rubias recién planchado. Empiezo a caminar lentamente, luciendo unos tacones negros y excesivamente altos.

Los primeros pasos son lentos y atentos, pero a menudo que avanzo se vuelven más ligeros.

Acostumbrada ya a la oscuridad de la noche reconozco la melena rubia e ondulada de Scarlett.

Al girarse entre la multitud, sus ojos buscan desesperadamente los míos y finalmente sus claros ojos se ponen en mí. Empieza a caminar con una sonrisa en la cara y sus dientes con aparatos empiezan a verse.

DISTRITO 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora