Despertar.

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Dedicado a todos aquellos compañeros jubilados, trabajadores y legisladores que pusieron el cuerpo contra la represion y defendieron los derechos de todo un pueblo.
El pueblo Argentino esta despierto y no se calla mas.

Miro confundida a mi alrededor, de nuevo esta ciudad, se ve igual de derruida que la ultima vez que estuve. Hay gente, mucha gente, sus rostros están demacrados, sus cuerpos se notan maltratados, pero la ferocidad cobra vida en sus miradas. La determinación en sus posturas me deja estática en mi lugar. Los miro largo rato, no hacen nada, parados en un silencio ensordecer, una muda protesta que se hace oír.
Una niña se me acerca, me mira fijamente a los ojos, ni siquiera parpadea y eso comienza a incomodarme, por lo visto ella lo nota porque tuerce una sonrisa al tiempo que me habla.
-Te incomodo porque soy diferente a vos.
-Que te hace pensar que somos diferentes?- realmente quiero saber que es lo que ve en mi esta criatura.
-Que yo ya no tengo miedo, ya tome una decisión, vos todavía estas sometida.
Me quedo en silencio mirándola, realmente no se que responder a eso, es una verdad tan profunda que seria inútil intentar desmentirla. La chica me sigue mirando pero su férrea mirada se torna compasiva.
- No te preocupes, es difícil despertar, dar pelea nunca es fácil. Pero, ¿no es peor vivir sin reaccionar?
Un ruido llama mi atención, levanto la mirada y veo como la multitud se agolpa defensivamente mientras que los escombros que quedaron del derrumbe cobran vida, se levantan en formación de unos soldados de piedras, amenazantes comienzan a caminar hacia la gente, están estratégicamente ubicados de modo tal que los rodearon, la gente los mira haciendo gala de su determinación pese al miedo que se puede ver en ellos. Asustada tomo la mano de la niña, pero ella me la suelta negando la cabeza.
- Creo que tenemos que irnos de acá, las cosas se están poniendo difíciles- trato de sonar segura pero la voz me traiciona y tiembla.
- No, las cosas ya están difíciles hace tiempo, te dije que dar pelea nunca es fácil. Pero despertamos y de eso no hay vuelta atrás.- miro atónita a la pequeña, se que no es real y que estoy soñando pero aun así es perturbador ver tanta madurez en alguien tan joven.
Comienza a caminar hacia el resto de la gente con una autentica sonrisa de satisfacción, como quien logro algo por lo que lleva tiempo peleando, gira su rostro y me dedica una sonrisa aun mayor mientras me guiña un ojo en complicidad.
- Te toca despertar a vos, allá afuera tenés tus propias peleas, se fuerte y valiente, tampoco serán fáciles.
Los seres de piedra se abalanzan sobre la gente, parece una cacería, están acorralados, lo único que pueden hacer resistir y tratar de recibir el menor daño posible.

Me despierto sobresaltada. MIERDA, me dormí en el colectivo, las malas noches me están pasando factura. Veo por la ventanilla y compruebo que por suerte no me pase de mi parada. Inevitablemente reflexiono el resto del camino sobre mi sueño, no puedo negar que me dejo un fuerte mensaje y es probable que sea lo que necesitaba.
Bajo del colectivo, y lo primero que veo es una maraña de pelos colorados. Sami es realmente increíble, uno no podría confundirla jamás. Tiene unos palazos de colores, unas converse rojas gastadas y una musculosa negra. Tiene la cara lavada y mira distraída hacia un árbol cercano. Aunque no siempre viste así, hay veces que luce tan hippie que es imposible no amar su sencillez.
-¿La madre naturaleza te llama o solo tratas de ver el aura del árbol?
-JA JA JA, Hilarante Eris, realmente me estoy meando de la risa.- me dedica una sonrisa divertida pese a su tono fríamente irónico.
- bueno che, es que lo miras que tanta atención que pensé que la ropa hippie estaba haciendo su efecto.
- El único efecto de mi ropa es ser cómoda y fresca. Eso y que hace mi vieja se moleste.- tuerce una sonrisa entre el fastidio y la diversión.
Me siento en el suelo a su lado, ella es distraída pero no suele ser tan callada, espero en silencio a que decida hablar mientras corto pedacitos de pasto.
-Les pegaron.
-que? -la mira sin comprender. Debe estar realmente molesta para ser tan directa y cortante, le esta costando encontrar las palabras.
-estaban pidiendo que no los dejen sin lo único que tienen para vivir y los reprimieron, mi abuela estaba ahí con mi prima. Yo no las quise acompañar porque quería preparar el final.
-eso estabas viendo en la tele, ¿no es así?. - lo medito un rato en el silencio compartido, finalmente le digo- ¿sabes que? Ellas van a estar bien, no solo eso, sino que todos vamos a estar mejor, dar pelea nunca es fácil, pero a veces es tan necesario.
-Traje el mate.
La miro sin entender y ella me sonríe, la mueca en su cara me hace saber que dije lo correcto.

BUENAS NOCHES, sé que el capítulo es corto, no pensaba publicar hoy pero realmente queria dedicarlos algo a mis compañeros argentinos que arriesgaron sus vidas por mis derechos.

Que no se quede mi pueblo dormido, JESS.

ErisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora