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Sábado.
Me sentía mal. No por el hecho de que mi cuerpo estuviera bajo de defensas o algo de ese tipo, si no que las ofensas van incrementando.
Hoy, me había levantado con ánimos de todo, pero alguien llamó, desconocía la voz, y de la nada comenzó a insultarme.
Pero, tratare de ejercitar me un poco. Se que puedo. Se que podré.
Inicie con algo no tan sencillo. Abdominales.
El ejercicio era pesado, pero soportable. Hice este ejercicio 25 minutos. Y como soy de esas personas que no pueden vivir sin música empezó con una llamada No lie.
Termine con una capa de sudor. Me sentí incomoda ante aquel líquido, así que opte por darme una ducha y posteriormente hacerme un desayuno.

Abrí la llave, empezaron a caer gotas heladas, después gotas templadas y finalmente gotas tibias. Me incorpore a la regadera. Cada gota que recorría mi cuerpo se sentía tan bien. Empiezo a creer que la sensación de cada gota caer sobre mi, me hace verdaderamente feliz.

Use un conjunto cálido. Como había dicho, en esta ciudad es raro que no haga frío, las temperaturas máximas son de 25 grados.

Bajaba escalón por escalón, hasta que mi rodilla choco contra la pared, doloroso pero no tanto para sentarse y llorar. También me propuse no llorar.
Fui bajando lentamente para no volver a golpearme. Cuando al fin toque el piso de la sala con ambos pies, escuché el timbre.
Al principio pensé que era mi madre. Abrí y para mi sorpresa no era una ella, era un él

-Hola Aurora, ¿Cómo estás?- preguntó aquel hombre

Sólo asentí.

-¿Qué te sucede? No tienes nada de que temer- sonrió

-Hola David- Alze un poco la mirada y luego la baje rápidamente

-¿Puedo pasar?- apuntó en dirección a la sala

Asentí.

Bien dicen que las cosas pasan por algo, pero ¿A que vino? ¿A burlarse de mi? ¿A ver que debilidades tenía? ¿A ver si podía soportarlo?
Acomode mis lentes y fui directamente a la cocina

-¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó al ver que estaba preparando un desayuno

Negué con la cabeza

Tal vez David me odie después de como lo trato, pero así soy frente a la gente y frente a mí.

-¿Porque no hablas? Yo no te haré nada- sonrió

-Yo, yo no se- puse el vaso lleno de jugó de naranja frente a mi y a David

-¿Porque no sabes?- me miró pero lo evite

-Porque no lo se- puse el vaso en la pequeña mesa que mi madre había comprado

-Cervantes Martinez, tu padre un gran empresario y tu adrenalina una exitosa enfermera- puso ambas manos sobre su cadera

-Doctora- susurre mientras acomodaba mi plato de un par de huevos

-Lo siento, doctora- sonrió

-¿Gustas comer?- seguía hablando muy bajo

-No gracias. Solo me sentaré aquí a un lado tuyo- separó la silla de la mesa y se sentó -Cuéntame Aurora, ¿Porque eres tímida?- tomó sus dos manos y las junto, mirándome

-No tengo por que decirte eso- tome un sorbo de mi vaso de jugo

-¿Es por culpa de Camila y compañía?- asentí -No tienes que tomarlo importancia a cosas sin sentido-

Tome aire. Estaba dispuesta a discutir esa idea.

-¿Cosas sin sentido?- me levanté de la silla bruscamente -Mírame David, ellos tienen razón. En todos los sentidos- mis ojos fueron llenándose lentamente de lágrimas -¿Acaso crees que los soporto porque quiero? No puedo hacer nada David, NADA- él solo me miró con asombro -Estoy acabada, no soy nadie, no sirvo de nada- me senté mientras apoyaba mi cabeza sobre mi mano izquierda que estaba sobre la mesa

-Tu eres todo Aurora mira es mas...- interrumpí

-¿A que viniste? ¿A hecha me en cara todo? ¿A convencerme de hablar? Pues no te sirvió de nada- me paré nuevamente y me dirigí a la puerta. La abrí -Sal de esta casa- susurre mientras acomodaba mis lentes

-Aurora yo...-

-Solo sal y evitemonos problemas- quite mis lentes, los limpie y volví a ponérmelos

-Cuando quieras hablar con alguien, aquí estaré siempre- antes de salir me dijo aquella frase.

Cerré la puerta en cuanto David había salido.

Perfecto. Me había propuesto no llorar y ya lo hice.
Comí mi desayuno, cepille mis dientes. Avance a mi habitación.

Por un segundo pensé dormir, pero mejor me puse a ver películas de Netflix.

Quede hasta tarde viendo unas cuantas películas y finalice con una serie que pospuse por el tiempo.

Baje a hacef unas cuantas quesadillas, como acompañadas de un vaso de agua. Subí al baño a cepillar mis dientes.
Entre en mi habitación, me accurruque, heche un ultimo vistazo a mi celular y dormí como si no lo hubiera hecho en días.

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