Sueño tras sueño. Hora tras hora. Dormía como nuca, fue la mejor noche de mi vida. Eso creía
Desperté 10 minutos antes que el despertador. Esos 10 minutos me sirvieron para buscar una ropa que no me quedara tan grande. Sí, baje un poco de peso pero no lo suficiente para comprar ropa nueva y deshacerme de esta. Estuve frente a mi espejo observándome hasta que la alarme sonó indicando las 5:00 de la mañana.
Bajé por las escaleras, y cuando estuve en la cocina tomé una pequeña manzana roja. Tomé las llaves de la casa, cerré con candado aquella inmensa puerta y me encaminé a casa de mi papá.
Suelo tardarme al rededor de 15 minutos en llegar a paso lento, pero esta vez existe la probabilidad de que haga menos ya que estoy un poco apurada
Tenía la puerta frente a mí y el timbre de un lado. Lo presione haciendo que un sonido algo peculiar sonara. Abrió una señora de limpieza, Alma, ese es su nombre. Luego de que preguntara por mi padre, Alma fue en busca de él haciéndome esperar en la sala.
-Cariño, te he dicho que la escuela es en 2 horas. Debiste haberme dejado dormir un poco más- debo admitir que al verla bajar no esperaba que ella estuviera con él... de nuevo
-Hola ¿Aurora?- me dedicó una sonrisa nerviosa
Yo solo la miraba. Detrás de ella bajaba mi padre
-Aurora, hija. ¿Cómo estás? ¿Necesitas algo de dinero? ¿Y tú madre?-
Con mi padre y mi madre siempre era una persona normal. Aunque ahora me daba pena por que Jazmín, MI DIRECTORA estaba con él no me impidió contestar como siempre lo hago cuando estoy verdaderamente enojada
-Papá ¿Qué no lo recuerdas?- empecé con unos ojos cristalizados, pero me contuve. Sabía que no era el momento ni el lugar
-Oh, tu madre... Lo... Lo siento- habló mientras acomodaba una corbata roja con rayas amarillas en su cuello
-¿Podrías dejar de hablar de dinero cuando hablo contigo? Ni siquiera te has preocupado por ir a visitar a tu hija de 17 años que aún no es mayor de edad ¿Al menos sabes cuando es mi cumpleaños?- mentí un poco con mi edad
-Pero claro que me preocupo por tí hija, lo que pasa es que con el trabajo no me ha dado tiempo de verte- sabía que mentía
-Sí claro, para mí no tienes el tiempo suficiente pero para Jazmín si ¿Verdad? Y aún no me contestas mi pregunta ¿Recuerdas mi cumpleaños- Jazmín solo observaba aquella escena de película. Ella jamás me había visto hablar de esa manera ni reaccionar así. Para ella siempre era callada y reservada.
-Sí, se cuando es tu cumpleaños...- dijo inseguro -Es el... el... carajo, lo olvide. Pero eso no significa nada, solo no recuerdo el día- intentó arreglárselas para no verse mal frente a Jazmín
-¿Al menos puedes preocuparte más por mí? O sabes, al manos finje que te importo- estaba por salir de ahí. Tomé la perilla de la puerta, pero antes de salir decidí decirle una última cosa -Es más, olvídate que tienes una hija. Piensa que estoy perdida, o que nunca existí- abrí la puerta y solté unas últimas palabras -Por cierto, hoy es mi cumpleaños, gracias por mis felicitaciones- salí de ahí y cerré la puerta con calma.
Pensé que tardaría más hablando con él. Por lo que no tenía prisa por llegar a la escuela. 6:10 y la escuela estaba a máximo 10 minutos. Caminé a paso muy lento.
El sonido de mi celular avisándome que tenía un nuevo mensaje. Era de esperarse, David. Fueron las primeras felicitaciones que me daban. Pienso que los únicos que lo saben son él, mi padre y mi madre... Es lo que creo
Llegué a la escuela muy temprano. 6:30, así que deje mi mochila en mi aula correspondiente y salí a cafetería en busca de una bebida. Aquella manzana que comí estaba un poco seca.
Me encontraba por el corredor comiendo de un delicioso pastel de chocolate, si al menos no comería ni haría nada, por lo menos disfrutaría de un pedazo pequeño de pastel.
Ahora que lo recuerdo, hoy es el primer día de David para ser maestro de matemáticas. Solo espero que no sea tan malo.
Mi celular marcaban las 6:50. Tenía el tiempo suficiente para volver a mi aula.
-Buenos días chicos. Me llamo David y al parecer seré su maestro de matemáticas- toda la clase tenía que tomar en cuenta aquello
-Al menos es más joven que el anterior- una compañera hojeaba su libro de matemáticas cuando dijo aquello
-Y más lindo- agregó otra. Ella solo veía su celular
-Creo que será mejor que guarde ese teléfono antes de que sea retirado- era paciente. Muy paciente
Las clases de matemáticas pasaron muy rápido. 5 minutos de que acabara la clase hizo algo que me dió tanta pena.
-Vaya, al parecer hoy es el cumpleaños de Aurora- sabía que lo hizo tan apropósito -¿Es eso cierto?- quitó la vista de una hoja que tenía y los posó en mí. Yo inmediatamente miré mi pupitre
Asentí
-Ni quien se acuerde de ella- ahí estaban ellas. Dariana y Camila. De nuevo
-Pues, yo lo recordé ¿No?- esta vez solté una risa muy silenciosa para que no escuchara nadie. Funcionó
-Felicidades, Aurora- lo miré. Esta vez si lo hice. Y lo más interesante es que, hablé...
-Gracias- no hablé ni fuerte, ni susurré. Mi tono de voz estaba anivelado
Ese día fue lindo. Al menos me felicitó por mensaje y en persona. Cosa que mi padre no ha hecho en un largo tiempo...

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Verdera Historia
Roman pour Adolescents¿Alguna vez te haz puesto a pensar que en los libros son felices siempre? ¿Has querido que tu vida siempre sea feliz? Suerte los que tienen la vida que desean. Yo no, para que mentirle, creo que no he sido feliz en décadas. Este no es mi "diario" ni...