Boockxzania

CAPITULO NºXII UN GRAN ERROR

El señor Augustus realizó el siguiente hechizo con el que aparecerían en la Tierra. Así fue como dijo: "BELESTORNUM GORIXÁN".

Los chicos, durante el hechizo cerraron los ojos, pero cuando los abrieron estaban en la Tierra. Sólo que faltaba un enorme detalle. Pues su madre todavía no había llegado, a lo que se dieron cuenta que algo no había resultado.

Lo que sucedió fue que la princesa Samantha se metió en el hechizo para que haya una falla. Y lo consiguió.

El único problema era que ni los chicos en la Tierra, ni las criaturas en Boockxzania tenían la menor idea de lo que había sucedido.

Los dos hermanos fueron hacia la casa de Ryan, pues sabían que su madre en cualquier momento llegaría, entonces decidieron ir en busca de algo para comer y para beber, ya que se estaban por tumbar de hambre.

Cuando volvieron al lugar en el que ellos habían aparecido, esperaron horas y horas, pero nada.

Muy tristes y decepcionados tuvieron que pensar en algo que pudieran hacer para revertir el hechizo e ir a buscar a su madre.

Pensaron y pensaron, hasta que a Trixie se le ocurrió la estupenda idea de ir a la biblioteca a la que ellos habían ido anteriormente y buscaron alguna solución.

Lo que encontró Ryan fue un libro idéntico al que había encontrado en Boockxzania.

-Mira Trixie, mira lo que encontré –Le expresó a su hermana.

-Oh, déjame echarle un vistazo –Prorrumpió Trixie.

Ese libro tenía una diferencia, ese sí que lo podían leer.

Lo transportaron hasta una mesa de la biblioteca, cada uno tomo un banco y comenzaron a leer muy atentamente los dos al mismo ritmo. Hasta que llegó una parte que les llamó mucho la atención, pues decía así:

"...Si alguien interviene en un hechizo de transportación desde un mundo a otro, surgirá una grave consecuencia..."

Les llamó mucho la atención, ya que era una posible causa por la cual su madre todavía no llegaba de Boockxzania. Entonces buscaron una solución, y de tanto que buscar, encontraron un hechizo. Intentaron hacerlo, pero se acordaron de que Trixie se había quedado sin poderes.

-No puede ser. Debe haber sido la maldita princesa quien nos hizo esto –Gritó Ryan muy enfadado y sin nada por hacer.

-Sigamos leyendo y veamos que resta por hacer para recuperar a mamá -le respondió Trixie con un tono bastante misterioso y a la vez alarmante-.

A lo que siguieron leyendo, encontraron algo muy extraño en la página 64, aquello decía algo así como: "Maneras de actuar mediante un error en el transporte", lo que les llamó mucho la atención, lo suficiente como para leerlo y sacarle el mayor jugo posible.

-Oye, ya había visto anteriormente el número 64, creo que en el libro que leí -inquirió la chica algo confundida-. Sí, ya recuerdo, el libro que me dio Steve en su casa, decía "para salir hay que esperar, y para esperar hay que salir".

Trixie quitó el libro de su bolsillo e intentó leerlo, pero las hojas se encontraban blancas, no había nada en su interior.

-Es difícil de interpretar en esta situación -dijo asustada.

Ryan se puso nervioso y siguió leyendo "SECRETOS INTERIORES" muy atentamente; en el transcurso de unos quince minutos, después de tanto leer y releer, encontró algo que le llamó la atención.

-Mira Trixie, la letra aquí se va haciendo mas pequeña, y luego del punto hay letras diminutas -le comentó Ryan y enseguida fue a pedir una lupa a la encargada de la biblioteca.

Puso la lupa encima del texto y por fin pudo leer:

"para volver a Boockxzania hay que decir lo siguiente:" y allí acababa el texto.

-No puede ser posible, no dice nada más -Ryan se molestó mucho y mirando a Trixie hizo un gesto de tristeza- no creo que se pueda realizar nada para traer a mamá con nosotros. Pero los chicos no se rendían.

De repente apareció el mismo duendecillo de antes arriba del libro, los miró muy confundido y les preguntó:

-¿Por qué Rose no vino con vosotros?

A lo que Trixie le respondió triste:

-Algo u alguien lo ha impedido.

-Solamente vean la página 782, reléanla las veces que sea necesario, les servirá de ayuda -enseguida el duende desapareció entre chispas.