No Todo Se Trata De Las Cartas Kaiba (Yu-gi-oh)

2. "A buen amigo, buen abrigo"

Un nuevo día empezaba en la ciudad Dominó, Anya se encontraba leyendo un libro en el living, Yugi estaba en su cuarto ordenando algunas cartas de duelo que tenía y el abuelo aún no se despertaba debido al exceso de comida del día anterior.

  - buen día Anya -la saludo el pequeño rubio con esa típica sonrisa.

  - oh buenos días Yugi, se te ofrece algo para desayunar?

  - no gracias, quedé en verme con mis amigos para comer algo, no te gustaría acompañarme?

  - no quisiera incomodar.

  - no, claro que no, anímate, de paso podrás conocer más de la ciudad.

  - si, creo que tienes razón, espérame un momento, iré por mi bolso de acuerdo?

  - claro.
 
Ambos chicos salieron de la casa rumbo a la entrada del museo de historia, ya que en ese lugar se encontrarían con los demás, al cabo de unos minutos, todos los amigos de Yugi ya estaban presentes y tenían curiosidad por la nueva invitada.

  - chicos, ella es Anya, es nueva en la ciudad- la presentó Yugi.

  - hola mucho gusto soy Tea, espero que este lugar te esté gustando.

  - el gusto es mio Tea y si, la verdad es que si me gusta mucho estar aqui.

  - señorita mucho gusto, yo soy el grán campeón de la ciudad Joey Willer -dijo divertido.

  - si como no señor campeón - le dio un ligero empujón a su amigo para que bajara de las nubes - yo soy Tristán mucho gusto.

  - lo mismo digo, es agradable conocerlos, Yugi me ha platicado mucho de ustedes.

...

El día pasó mediante bromas y risas por parte de los chicos. Una vez que se hizo tarde, todos se despidieron y fueron a sus respectivos hogares.

  - tus amigos me caen muy bien Yugi.

  - que bueno, creo que tu tambien les agradaste, si quieres podemos salir con ellos en otra ocasión.

  - claro, eso sería genial.

  Pasaron la tarde entre risas y chistes de parte de el abuelo y Yugi, para terminar bien con ese día, Anya se ocupó de llenar la mesa con deliciosos platillos.

...

Al día siguiente...

  - Yugi, podrías hacerme un favor?

  - si claro, dime que necesitas.

  - podrías decirle a tu abuelo que llegare tarde hoy?

  - claro, pero, que es lo que harás?

  - iré por una promoción al  supermercado del que me habló Tea, ahorraré mucho dinero y de paso el señor Moto y tu comerán como reyes por mucho tiempo.

  - si lo dices de esa manera haces que me sienta algo mimado jaja.

  - tranquilo, les dije que esta era mi manera de pagarles por haberme acogido en su casa.

  - supongo que no podré hacerte cambiar de opinión verdad?

  - soy muy terca señor Moto, será mejor que me apresure, nos vemos luego.

  - adiós Anya, cuídate.

  ...

Ya era medio día cuando Anya logró salir viva de la multitud de personas en el supermercado, pero a pesar de los empujones y pisotones que le dieron se sintió victoriosa al conseguir todo lo que necesitaba para un "banquete diario".

Feliz y satisfecha comenzó a dirigirse a su "hogar" sin embargo, al doblar en la siguiente esquina alcanzó a oir unos choques y golpes, sabía que era una pelea, al acercarse a la escena vió como 2 hombres altos sujetaban a un niño, el mismo niño con el que se había encontrado en el supermercado cuando llegó a la ciudad, el primero de ellos lo sujetaba de los brazos, haciendole una especie de llave para retenerlo y el segundo intentaba taparle la boca con cinta adhesiva, a lo que el muchacho se resistía. Luego de conseguir callarlo, los dos hombres se encaminaban a un auto con el niño hasta que sintieron algo impactar contra sus cabezas, dejándolos un poco aturdidos, apenas se recuperaron dieron la vuelta para encontrar al causante y hacerlo pagar, grande fue su sorpresa al encontrar a una chica joven en posición de ataque, creyeron que era un chiste, pero ella los "alentó" a pelear, bien, si esa chica quería jugar rudo, entonces ellos no se contendrían, dejando al chico en el suelo dirigiéndose hacia su "nuevo reto".

  - que tenemos aqui eh? Lo siento linda, pero no damos autógrafos. - comento uno de los sujetos en tono divertido.

  - antes preferiría quedarme ciega, suelten al niño - demando la muchacha con una voz seria.

  - lo siento tesoro, pero eso no sucederá, ese chico será nuestro boleto a múltiples riquezas, aunque si conservas el secreto puede que "agradescamos" tu silencio. - dijo el otro hombre resaltando la gratitud que estarían dispuestos a darle.

  - yo lo siento más cariño, porque en pocos minutos ustedes estarán en el suelo inconscientes - le respondio Anya a modo de juego y reproche.

  - esta segura que no será al revés?

  - con gusto te daré una prueba.

  - entonces comencemos. -dijeron los dos captores al mismo tiempo para atacar.
 
Continuara...