Anya no razonaba bien, o por lo menos eso es lo que ella creía, que era lo que estaba haciendo? Apenas conocía un cuarto de esa ciudad y decide hacer el papel de heroína en un callejón con maleantes, no dejaba de pensar en lo estúpidamente imprudente que había sido, sin embargo, al ver a ese pobre chico no pudo irse, que tipo de persona era si se acobardaba por proteger al inocente? Una cobarde, eso era lo que ella jamas seria, una maldita cobarde.
Dos de los hombres se acercaron a ella, rideandola, uno de ellos tenia una navaja, además de secuestrador, maleante e idiota, cobarde, pensó la chica, no había dudas, ese tipo seria el primero en recibir un golpe de su parte.
Los sujetos que se hallaban uno a cada lado de su "presa" avanzaron lentamente hasta ella, Mokuba, quien miraba todo desde el agarre de uno de esos bribones no podía estar tranquilo en ningún sentido, reconocía a esa muchacha, como no hacerlo, ella era una de las pocas personas que lo había tratado con respeto y educación sin necesidad de conocer su apellido o a su hermano, ahora era ella quien arriesgaba su vida para protegerlo, no sabía que hacer, no sabía como ayudarla, se sentía totalmente culpable, pero cuan grande había sido su sorpresa al presenciar el primer movimiento de la pelea.
Uno de los hombres comenzó a correr hacia la chica con el objetivo de clavarle la navaja, pero esta lo tomó de la muñeca y le hizo una llave, dejándolo en el suelo y quitándole la navaja lanzandola lejos, el compañero de este se apresuro a correr y agarrarla poniendole los brazos detras de la espalda, sin embargo ella atinó a darle una patada en la entrepierna, sumamente adolorido y confundido vio como Anya noqueaba a su compañero y posteriormente a él, de un solo golpe, ambos estaban en el piso y el ultimo que quedaba de pie aún no salía de su asombro, esa mujer tumbó a dos hombres en cuestión de minutos y sin ningún tipo de ayuda, estaba sorprendido y ...asustado...muy asustado.
- se los dije. Ahora tú - señaló al tipo que aún continuaba apresando al niño - sueltalo - pronunció en un tono tan frío que hizo a uno de ellos temblar y al otro le recordó a su hermano.
Al no obtener una respuesta la chica lo miró de una manera (si era posible) más fría y tenebrosa -ahora!- le gritó causando que el hombre diera un pequeño salto atrás y soltara al pequeño antes de correr tan lejos como le fuera posible.
- te encuentras bien?
- si, lo estoy, emm yo...yo...ya sabes...por lo que hiciste...yo...-se enredaba el chico, diablos, tanto se parecía a su hermano para no poder agradecer?
- de nada- le respondio Anya con una pequeña sonrisa logrando llamar la atención de Mokuba - creo que lo mejor será que te lleve a casa si?
- no, no es necesario.
- claro que lo es, esos idiotas pudieron haberte hecho algo peor, no me iré hasta asegurarme que estaras a salvo entendido? Vamos, tu me guiarás - comenzo a caminar y tomar al muchacho de la muñeca sin darle oportunidad de negarse.
...
El camino hasta su casa fue silencioso, el odiaba eso, odiaba el silencio, sentía que era una barrera entre él y las personas que más estimaba, usualmente cuando caminaba junto a su hermano mayor se contenía, sabía que Seto no era un hombre conversador ni nada por el estilo, por eso se callaba, pero ya no queria callarse, ya no lo haría más. Cuando estaba a punto de abrir la boca algo lo detuvo.
- por que estas tan callado Mokuba? - le cuestionó la muchacha preocupada, volteándose un poco para verlo mejor - sabes? Yo odio este tipo de silencios, es casi asfixiante no te parece? A veces solo te dan ganas de gritar y desahogarte con lo primero que veas - le comentó la muchacha, a modo de juego.
- bueno yo... - el pequeño no sabía si sorprenderse por la igualdad de opiniones o agradecerle el haber roto ese odioso silencio, decidió tomar la segunda opción - a decir verdad yo tambien odio el silencio, es de lo peor... - continuó con la conversación, desde ese momento se dió cuenta de muchas cosas, número uno, lo mejor siempre es romper el silencio, número dos, conversar con ella era divertido, número tres, con solo conocerla por 2 días ya le debía mucho, la ayuda que le brindó en el supermercado, cuando lo salvó de esos maleantes y ahora conversaba con él como con cualquier otra persona, era un hecho, nunca había estado tan agradecido con alguien como lo estaba con ella.
- bien, ya hemos llegado - le informó el chico.
- ...emm...en serio esta es tu casa?
- si, ya te lo había dicho, soy una persona importante.
- si creo que ya lo habías mencionado pero no creí que tuvieras una mansión del tamaño de un estadio.
- pues ya ves que si - comento Mokuba algo divertido por la cara de asombro de su salvadora, pero vio a lo lejos como unos 2 hombres con terno y lentes negros se acercaban a ellos, eran sus guardaespaldas.
- joven Mokuba, que bueno que se encuentre a salvo - Dijo uno de ellos agachando la cabeza en señal de respeto.
- le rogamos que nos disculpe por habernos descuidado y perderlo de vista, el señor Kaiba ha hecho todo lo posible por dar con su paradero - informo el otro guardaespaldas imitando a su compañero.
- no hay necesidad de disculpas, todo fue mi responsabilidad, ademas, he vuelto gracias a una amiga mía - apuntó a la chica rubia que hasta ese momento había pasado desapercibida por los dos hombres con traje - si no fuese por ella quien sabe lo que pudo suceder.
- si eso es verdad entonces le estamos muy agradecidos señorita ...
- Anya, mucho gusto.
- señorita Anya, ya que usted ha salvado a el hermano menor de el señor Kaiba la invitamos a pasar, de seguro él querra agradecerle personalmente.
- no ha sido para tanto, he hecho lo que toda persona honesta haría.
- por favor pasa, insisto, quisiera que conoscas a mi hermano - la animó el pequeño.
- bien, de acuerdo.
La guiaron hasta entrar en la mansión, el lugar era sumamente lujoso, pero tambien algo desierto. Los guardaespaldas y Mokuba la acompañaron a una enorme puerta de caoba tallada, ambos hombres se situaron en la puerta permitiendo que solo avanzaran ella y el azabache, cuando pasaron vieron una enorme silla en el centro de la oficina, había un muchacho de su misma edad, no dejaba de mirar el computador, sin embargo al notar la presencia de su hermano abandonó su esritorio y corrió hasta el infante.
- Mokuba, regresaste, que fue lo que ocurrio? Te hicieron algo esos malditos? - lo interrogaba claramente preocupado.
- estoy bien hermano, alguien me rescató - le respondio el chico señalandola con la cabeza.
- ...ya veo - le contestó Seto cambiando radicalmente su expresión al verla - Mokuba podrías dejarnos a solas? - le pidio a su hermano menor y este comprendiendo su pedido salió por la enorme puerta cerrándola.
Ella estaba nerviosa, sentía que algo estaba mal, él la miraba como si fuera una serpiente venenosa, acaso nunca sonreía?
- fuiste tú quien rescató a mi hermano? - le dijo en un tono serio.
- ah si, lo hice, pero so...
- cuanto?
- ...disculpe que?
- cuanto quieres por haberlo salvado, mil, tal ves diez mil por tratarse de él?
- de que me esta hablando? - su tono ya no era calmado era demandante, esta enojada y sentía que pronto lo estaría más.
- no te hagas la inocente conmigo, muchas personas como tú tratan de ganar dinero a traves de mi hermano, o quizas fuiste tú quien planeó el secuestro para quedar como una hetoína frente a él y ganarse su confianza para así chantajearme el doble, fue muy inteligente de tu parte, sin embargo lo máximo que puedo ofrecerte son cien mil, a no ser que eso sea po...
No pudo continuar, un inmenso dolor en su mejilla derecha lo tomó por sorpresa, ella lo golpeó y por la cara que traía no estaba arrepentida de haberlo hecho.
- como puedes decir eso, ni siquiera me conoces, ni siquiera sabes mi nombre, crees que salvé a Mokuba con el único propósito de conseguir dinero? Claro que no, yo jamas haría algo parecido, yo solo quería que me dieras las gracias, pero parece que esa palabra no está en tu vocabulario, tu solo piensas en el dinero, pues dejeme decirle algo señor Kaiba, su dinero no vale nada para mi - le grito y se marchó dejándolo con la palabra en la boca.
Agracedió no toparse con el hermano menor, estaba de muy mal humor, lo que menos quería era desquitarse con el pobre chico, ese tipo era mucho peor que aquellos secuestardores con los que se había enfrentado, en serio existían tipos asi?! Agh! Vaya petulante creído se encontró, al demonio todo con ese idiota de Seto Kaiba, diablos! Hasta su nombre completo la irritaba!
Continuara...
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No Todo Se Trata De Las Cartas Kaiba (Yu-gi-oh)
Fiksi PenggemarSabes cual es el punto de quiebre de un tipo tan arrogante como Seto Kaiba?