Capítulo 6: ¡Yo no me enamoro!

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Era tarde cuando Madara escuchó que la puerta de la habitación se abría. Su sobrino entraba casi a hurtadillas, como si no quisiera despertarle, sin saber... que él no podía dormir tranquilo sin saber que su sobrino estaba en perfecto estado.

- ¿Cómo ha ido? – preguntó Madara al tiempo que encendía la luz de la mesilla.

- ¡Qué susto! – susurró Itachi llevándose la mano al pecho, sintiéndose completamente pillado por su tío.

- ¿Has tenido una noche movidita? – preguntó burlón nuevamente.

- No te creas. Al parecer no se puede nadar desnudo en la piscina.

- Itachi...

- ¿Qué? Te diré lo mismo que le dije a ese chico... yo no me avergüenzo de mi cuerpo.

- No es eso, idiota, es por higiene. Es mejor no nadar desnudo en una piscina comunitaria. Se baña mucha gente ahí.

Madara resopló. Sabía que daba igual las veces que intentase reñir a su sobrino, él siempre acabaría saliéndose con la suya. Había sacado un intelecto sin igual, el mejor de su clase, de su promoción, podría llegar a ser lo que quisiera ser, conquistar a quien quisiera y, sin embargo, allí estaban y todo... porque se había encaprichado de un chiquillo rubio de familia adinerada, demasiado lejos de su status social.

- Ese chico está muy alto para ti, Itachi – le aclaró Madara.

- Tú siempre has dicho que podría conseguir cualquier cosa con esfuerzo y aquí estoy – sonrió Itachi – conquistaré a ese chico, cueste lo que cueste.

- Deberías volver a plantearte el trabajar con tu padre, tendrías muy buenas recomendaciones.

- No quiero trabajar con él ni para el Emperador por importante que sea ni por lo mucho que pueda lanzar mi carrera, yo quiero ser el guardaespaldas de Minato Namikaze.

- Para ser su guardaespaldas necesitas o una muy buena recomendación o méritos y ahora mismo no tienes nada de eso, sólo eres un chiquillo ante los ojos de su familia y sus guardaespaldas, alguien en quien no reparan, eres... un cero a la izquierda para los Namikaze.

- Entonces me ganaré su aprobación. ¿A quién tengo que impresionar? ¿A su guardaespaldas? Pues eso haré – sonrió Itachi.

- No es tan fácil como lo pintas.

- Si lo fuera... no sería divertido – sonrió de nuevo Itachi con ese entusiasmo que le caracterizaba.

Pese al resoplido que dejó escapar Madara, también una sonrisa salió de sus labios. Conocía de sobra que, si su sobrino se empeñaba en algo, tarde o temprano lo lograría. No por nada le llamaban el "Genio Uchiha".

En la cama, Itachi pensaba cómo iba a lograr esos "logros" que su tío comentaba. Ni siquiera conocía muy bien a la familia Namikaze, menos a sus guardaespaldas, pero una cosa tenía segura... a él como guardaespaldas, le gustaba ver gente capaz de hacer su trabajo, responsable y que fuera digno de confianza, suponía que no serían muy diferentes los que trabajaban para esa familia.

***

No podía dejar de mirarle mientras se tomaba el desayuno. Estaba completamente seguro que algo le preocupaba, más porque intentaba disimular con esos papeles de las cuentas del hotel y el casino. Kakashi ni siquiera creía que Minato estuviera realmente atento a esos dichosos papeles, tan sólo perdía allí la mirada para esquivarle a él y sus preguntas.

Bajo las alas de un samurai (Naruto: Itachi-Minato, Jiraiya- Orochimaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora