Capítulo 8: secuestro

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Hojas y más hojas, tan sólo aparecían números y sus ojos empezaban a estar cansados de mirar expedientes, salarios y otra cantidad de datos. Sin embargo, otra cosa captó su atención, una que parecía molestarle más de lo habitual. Kakashi no paraba de mover la pierna mientras leía un expediente.

- ¿Qué ocurre? Pareces nervioso.

- Tienes un problema – sonrió Kakashi – estoy leyendo el expediente de ese chico y... es brillante, todo un genio. Se fija en todo.

- Le dije que no recordaba algunas cosas tras el accidente.

- Ya... pero parece conocer bastante de ti. Me asusta un poco que pueda descubrir la verdad si se acerca lo suficiente a ti. Parece enamorado de ti – sonrió Kakashi.

- Está enamorado del recuerdo del antiguo Minato, no de... mí – susurró sintiéndose tan sólo un farsante.

- Puede que tú llegases a gustarle incluso más.

- No lo creo – sonrió Minato.

- Está preocupado por ti y aunque es muy impulsivo... también es intuitivo y eso puede que hoy nos haya salvado. Sabía lo del vehículo y actuó.

- ¿Lo del vehículo?

- Lo habían manipulado y él intuyó que podía pasar algo sólo porque recordaba ver a la misma persona que vio hace cinco años en el lugar donde murió el auténtico Minato.

- Tiene buena memoria.

- Y eso es un peligro para ti. ¿Hasta qué punto llegó el antiguo Minato con él?

- Bastante lejos al parecer – susurró Minato haciendo un ligero movimiento de cabeza.

- ¿Sexo?

- Eso parece.

- Tienes un grave problema entonces, más de lo que creía.

- No voy a llegar tan lejos con él, te lo aseguro.

***

No podía apartar la mirada de aquel trozo de bacon, las salchichas y las judías pintas, el típico desayuno inglés que a él le estaba revolviendo ligeramente el estómago. A esas horas de la mañana, no era capaz de comerse ese plato en concreto, pero Kakashi le insistía en que desayunase bien, puesto que era la comida más importante del día. Minato sólo podía observarlo, jugando con la comida, moviéndola de un lado a otro con el tenedor tratando de abrir el estómago.

- ¿No habrá sopa de miso? – preguntó Minato.

- No – susurró Kakashi.

- Con un vaso de leche me conformo.

- Tienes que comer algo.

- ¿Una tortilla? – preguntó Minato como si eso fuera una buena solución, sonriendo ligeramente como un niño pequeño intentando conseguir que le cambiaran el plato.

- Esta bien, iré a ver qué puedo hacer – comentó Kakashi tras un ligero resoplido, cogiendo el plato de Minato para llevarlo hacia la cocina y ver si podían cambiárselo por una tortilla – tú ni te muevas – le aclaró para poder tenerlo vigilado.

- No me moveré. Lo prometo.

Comentó como un niño bueno, con esa sonrisa inocente que hacía sonreír también a Kakashi. Desde luego, había momentos o actitudes... que no le recordaban al antiguo Minato, era más independiente que él, pero una parte... no le disgustaba poder estar más cerca de su protegido, entenderle mejor, saber lo que pensaba y cómo actuaba. Con aquello en mente, Kakashi caminó hacia la barra para ver si podía cambiar el plato mientras Minato esperaba en la mesa, mirando su teléfono por si había recibido algo.

Bajo las alas de un samurai (Naruto: Itachi-Minato, Jiraiya- Orochimaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora