Capítulo 14: Tatuaje.

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¡Dolía! Y, sin embargo, no podía dejar de mirar a los ojos de ese chico que sostenía su otra mano y le obsequiaba con dulces caricias que le provocaban unas placenteras cosquillas. Al final había conseguido que él también se hiciera un tatuaje en la muñeca y eso le hacía sonreír pese al dolor. Itachi, en cambio, pese a mantener sus ojos fijos en Minato, no le importaban tanto las agujas, el dolor o el ruido que escuchaba.

- ¿Estás bien? – preguntó Itachi al ver lo blanco que estaba Minato.

- Más o menos – intentó sacar fuerzas de donde no las tenía.

- Ya está terminando. Aguanta un poco más.

- Vale.

- Oye... sólo por curiosidad pero... ¿Por qué has decidido escribirte las siete virtudes samuráis? Creí que no te gustaba todo eso.

- Quizá porque tú eres samurái y porque estoy haciendo esta locura por tu culpa. Al menos siempre recordaré que tú fuiste el causante de esto.

- Qué bonito – dijo Itachi con ironía.

- No sé, Itachi – intentó hablar con seriedad Minato – quizá hay algo en tu filosofía de vida que me gusta.

- ¿Sólo de mi filosofía de vida? ¿No te gusto yo un poquito? – preguntó con una sonrisilla.

- Bueno... puede que me atraigas un poco, pero sólo un poco, no te lo creas mucho.

- Con eso me basta. Por ahora – remarcó Itachi, consiguiendo que Minato sonriera sutilmente.

Durante el tiempo que tardaron en hacer los tatuajes, ninguno de los dos apartó su mirada del otro. Minato deseando acabar de una maldita vez con aquel sufrimiento mientras Itachi prefería que el tiempo se detuviera para poder estar más tiempo a su lado, acariciando la palma de su mano y calmándole.

Al salir de la tienda, Itachi se estiró, observando el papel que cubría el tatuaje que se había hecho y bajando la manga para evitar que nadie lo viera. Minato le imitó antes de escuchar cómo Itachi resoplaba algo pensativo.

- ¿Qué ocurre? – preguntó Minato.

- Estoy pensando dónde iremos a cenar.

- Al hotel. Puedo encargar algo en la habitación.

- Qué aburrido – sonrió Itachi – venga... te invito a un restaurante. Puedes elegir el que quieras.

- Entonces prefiero un japonés – sonrió Minato.

- De acuerdo. Busquemos uno.

Itachi sacó su teléfono móvil y revisó su ubicación para encontrar el restaurante japonés más cercano a su posición. Saber que Itachi manejaba también la tecnología era algo que le resultaba curioso a Minato. Cuando le hablaban de un samurái, él pensaba en los antiguos samuráis, con espadas y vestidos con hakamas, pero Itachi vestía muy normal y no llevaba una katana a todos lados.

- ¿Por qué te ríes? – preguntó Itachi al ver esa sonrisa inocente.

- Es que... no pareces un samurái.

- Los tiempos cambian. Si salgo con una katana, seguramente me detendrían. Aun así, la instrucción es la misma, salvo que ahora nos enseñan también las nuevas tecnologías. Hay que estar preparados para cualquier cosa que pueda ocurrir. Supongo que me gusta la tecnología, empecé a estudiar también por mi cuenta y a hackear algunas cosillas. Nada importante realmente.

Bajo las alas de un samurai (Naruto: Itachi-Minato, Jiraiya- Orochimaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora