Madara llegó a la habitación tras haber ido de visita por la ciudad de Las Vegas. Todo aquello le parecía muy diferente a Tokio, sin embargo, tampoco era algo que le disgustase en absoluto. Al entrar por la habitación, pese a la oscuridad, se dio cuenta de que frente a la ventana estaba su sobrino, sentado mientras contemplaba las luces de los hoteles frente a él. La luz de su móvil también se reflejaba sobre su rostro, consiguiendo ver así que algo le afligía.
- ¿Te ocurre algo, Itachi? – preguntó Madara dejando las llaves sobre la mesilla de entrada.
- No es nada.
- ¿Estás seguro? – preguntó una vez más.
- Sí, tranquilo. Ve a dormir. Yo iré enseguida.
- De acuerdo.
En cuanto su tío se marchó, Itachi, que seguía recostado sobre aquel sillón, con las piernas por encima de uno de los brazos del sillón, volvió a mirar la fotografía que aparecía en su teléfono. Estaba claro que algo ocurría, aquel chico escondía algo y era algo grande. Ahora estaba completamente seguro de ello.
Todavía pensaba en que había quedado con él para entrenarle en algo de defensa personal. Quizá... y sólo si Kakashi no estaba allí... podría hablar con él seriamente de sus dudas. Aun así, sabía que ese chico se pondría a la defensiva o posiblemente... le mintiera. Era muy inteligente y lo había demostrado en varias ocasiones.
- Voy a tener que arrinconarte para que me cuentes la verdad, ¿no es así? – susurró para sí mismo – "no voy a enamorarme" – repitió las palabras que Minato le había dicho y entonces... supo lo que tenía que hacer, supo cómo desenmascararle por completo pese a tener las pruebas necesarias ya de por sí.
Sus ojos se fijaron nuevamente en aquella imagen, en ésa que ambos se habían tomado hacía años en el aseo del bar que frecuentaban, tras uno de sus numerosos encuentros. Itachi fue quien tomó la fotografía, con su mismo teléfono y mientras sujetaba una de las muñecas de un Minato sentado sobre la tapa del retrete, sonriendo de igual forma en que lo hacía ese moreno.
Esa marca... ésa que se hizo por su culpa. Él le había empujado dentro de la cabina del baño, sin darse cuenta de que la puerta estaba rota y se rasgó con uno de los tornillos que sobresalían. Aún recordaba la sangre que salió de su muñeca, pero por suerte, no fue nada importante aunque sí le había dejado esa cicatriz que no parecía irse. Tras un año, ambos se dieron cuenta de que jamás desaparecería.
Minato ya no tenía esa marca, ésa que podía ver claramente en la fotografía. Sabía que ocurría algo y empezaba a imaginarse algo pese a que tenía sus dudas. Casi era de locos pensar que podría haber alguien parecido a Minato, un doble, sin embargo... cuanto más miraba esa cicatriz... cuanto más pensaba en el nuevo Minato y en esa manera inocente de ser, más convencido estaba que era una persona diferente a la que conocía.
***
Ambos desayunaban en silencio, uno que a Kakashi empezaba a resultarle un poco sospechoso. Era cierto que Minato solía ser bastante callado y reservado, pero aun así, ya era raro verle en ese estado tan sumamente silencioso. Ni siquiera apartaba la mirada de la comida, esquivando así a Kakashi.
- ¿Qué te ocurre? – preguntó su guardaespaldas – no es normal verte tan callado.
- No es nada importante. Supongo que estoy un poco nervioso por la clase de defensa personal.
- Todo irá bien.
- Dijiste... que tuviera cuidado con Itachi pero ahora lo has puesto como mi profesor particular y no sé... si esta mentira pueda sostenerla mucho con él. Parece conocer cosas de Minato que yo desconozco.
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Bajo las alas de un samurai (Naruto: Itachi-Minato, Jiraiya- Orochimaru)
FanficAquel chico jamás se sintió amado en su familia, pero cuando el amor apareció diciéndole bonitas palabras, abandonó todo por él. Un pobre ingenuo que acabó en el peor de los problemas, abandonado en la calle, sin dinero, sin familia y sin estudios...