Parte Tres

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Habían salido de Londres a las cinco de la tarde. Dave manejaba con Caroline al lado en la silla del copiloto profundamente dormida, al igual que Barbie, que estaba en la parte de atrás de su camioneta junto a Anna que a su vez estaba concentrada en su iPad.

Ella no era capaz de levantar la mirada y encontrarse con sus ojos azules a través del espejo retrovisor. Hasta su mirada la ponía caliente... y coincidencialmente las veces que había levantado la mirada sus ojos se habían encontrado en el vidrio. Dave sonreía y le clavaba los ojos hasta que ella no lo aguantaba más y volvía la vista al juego de Angry Birds.

El olor de él inundaba la camioneta al igual que los ronquidos de Caroline.

Barbara había recostado su cabeza en las piernas de Anna, cosa que la ponía más incómoda, porque temía que ella sintiera el olor que le había dejado su última visita al baño. No lo pudo evitar, tenía ese sonrojo infernal de excitación así que tuvo que hacer uso de sus dedos mientras pensaba en Dave. Cuando salió a los diez minutos siguientes, Barbara estaba acostada en su cama y la miró risueña.

- ¿Te sentías mal del estómago? -Preguntó jocosa. -Porque te has tardado.

-Calla.

- ¿O fue una buena finger party*? -Anna se sonrojó hasta la punta de los pies.

*Finger Party: Se refiere a la masturbación femenina.

- ¡Barbara! -Ella soltó una carcajada. -Eres desagradable.

-Dios... eres tan penosa. Yo sé que eso no fue. Tenías popo y ya arreglaste la situación. Debió ser el chocolate, tampoco me siento muy bien.

Si mi amiga supiera.

Ahora ella dormía inocentemente y Anna como tonta no había llevado su bolso al baño para tomar unas bragas limpias y pañitos para asearse... Así de mal la ponía Dave que hasta olvidaba las cosas básicas.

Mordió su labio... Había valido la pena.

Se había corrido con fuerza y mordiendo una toalla para no gritar al imaginarse a Dave arrodillado con la boca clavada en su coño. Había estado tan mojada que los dedos se resbalaban por su clítoris con facilidad... Y bueno, no se había corrido una, sino dos veces. Había estado más que bien y había logrado volver a su cara normal, sin sonrojo ni ojos brillantes.

No quería imaginarse que pasaría si sus fantasías se hacían realidad... Quizás con un solo beso de esa boca escandalosamente sensual podría correrse.

Joder, no debo pensar en eso. No con su familia al lado ¡Eso está mal!... Pero es divertido... Si él pudiera leer pensamientos.

Soltó una risita y negó con la cabeza. Estaba loca.

Levantó los ojos y Dave la miraba de frente. Él le regaló una sonrisa torcida.

-Ese debió ser un buen pensamiento. -Ella se sonrojó.

¿Y si él puede adivinar las perversiones que estoy pensando?

El carro había parado a un lado de la avenida en una pequeña cafetería y ni siquiera había caído en la cuenta.

-La canción... La canción me recuerda a una película muy graciosa.

-Ya lo creo.

- ¿Llegamos? -Preguntó ella tratando de desviar el tema.

-No, nena... Vamos hasta ahora en la mitad del camino. Son cinco horas.

- ¿Nos varamos? -Él negó divertido.

Derritiendo la nieve (Forbidden I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora