Ya había pasado una semana desde el encuentro con Jimin. No sabía nada del peligris, tampoco de NamJoon, ni de Jin, ni de TaeHyung, ni nadie. Tenía algunas llamadas perdidas de Kai y sabía perfectamente porque; ya eran cinco clases a las que no se había dignado a ir y seguramente el director de la academia estaba preocupado, pero no tenía ganas de hacer cosas, ni salir. Solo estaba encerrado en el departamento, viendo televisión o escuchando música y comiendo comida chatarra, seguramente si Jin lo viera lo regañaría por más de una hora sobre la importancia de la alimentación sana y de las miles de veces que le había dicho que podía comer en el restaurant.
Simplemente no le importaba nada en ese momento, solo quería estar solo o ver a Jimin, pero era más probable estar solo a que el menor apareciera nuevamente en el departamento, y luego que recordaba como discutieron el día que se reencontraron, ya no sentía tantas ganas de tenerlo frente a él.
Tomó un puñado de frituras mientras veía la película de acción de bajo presupuesto que había encontrado en la televisión, las escenas de riesgo eran un asco y la actuación también pero no le importaba nada de eso, solo quería algo con que distraerse. Volvió a tomar un puñado de frituras, algunas migajas cayeron sobre el sofá pero eso tampoco le importaba, aunque era un poco maniático de la limpieza.
Su concentración en la película se esfumó cuando escuchó el timbre del departamento, fue solo un toque, miró en dirección a la puerta y al no ver más insistencia se encogió de hombros y volvió su vista a la televisión. El timbre volvió a sonar esta vez en dos veces seguidas, volteó su mirada a la puerta, expectante, esperando a que la persona solamente entrara y ya, porque no se lo ocurría quien podría ir a visitarlo. El timbre sonó por tercera vez ahora de manera repetida, el pelinegro soltó un suspiro agotado y se levantó para ver quién era, tal vez un repartidor de pizza perdido o algo por el estilo.
-Está bien, ya oí- dijo más para él que para la persona que estaba frente a su puerta pero al abrir se sorprendió.
-Si ya oíste, ¿Por qué no abres a la primera, hyung?- el chico que estaba parado frente a su puerta sostenía un paquete en sus manos.
-JungKook...-
-¿Me dejas pasar?- el menor lo miraba serio.
-Oh, claro. Lo siento- se hizo a un lado, dejando el pasillo despejado para que el chico entrara. JungKook pasó por su lado sin decir mucho. Notó un rastro de molestia en el rostro del menor, lo siguió hasta el sofá y se percató que todo estaba hecho un desastre.
-Yo... perdón, Kookie- se apresuró a quitar los restos de frituras que habían sobre el sofá para que el menor se sentara. –No estaba preparado para recibir visitas-
-Así veo- el castaño dejo el paquete que llevaba sobre la mesa de centro y se acomodó en el mueble, mirando fijamente al mayor. A Hoseok le ponía nervioso la mirada de JungKook, nunca había visto al menor actuar de esa manera con él. Como si pudiera ver a través de él, sus secretos más ocultos. -¿De esto te has alimentado estos días, hyung?-
JungKook tomó algunos envases vacíos de comida chatarra que estaban esparcidos por el lugar, también había botellas de refresco y unas cuantas latas de cerveza. Dejó la basura sobre la mesa de centro.
-Si... bueno, no he tenido ganas de salir- sintió vergüenza de que su amigo viera el estado de su departamento, por lo general solía ser muy meticuloso con el tema de la limpieza y el orden. –Ni de comer...-
El menor negó con la cabeza en señal de desaprobación. –Traje algo que te preparo Jin hyung, dijo que probablemente no estabas alimentándote bien-

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Saudade [HopeMin]
Fiksi PenggemarJung Hoseok llevaba una vida normal con la cual era feliz, tenía a la persona que amaba a su lado y buenos amigos. Se estaba esforzando por seguir sus sueños y creía que pronto podría comenzar a forjar su futuro junto a Park Jimin. Nunca se sabe cóm...