Capítulo 10: Jen & Berry's

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Cinco minutos después me estaba poniendo mi chaqueta y llamando un taxi mientras me dirigía escaleras abajo. Era ya pasada la medianoche y la temperatura había bajado notablemente.

Nunca había visto a Colin ebrio antes, pero seguía escuchando su voz en mi cabeza y era suficiente para que me preocupara ligeramente. Le di al taxista la dirección que Lee me había dado.

Para el momento que llegué al bar, estaba preparada para encontrar a Colin en cualquier condición... menos feliz.

Y él estaba insanamente feliz.

Tuve que pasar el gentío que estaba dispersado en la calle frente al bar, cosa que hizo casi imposible el entrar. Pero una vez que lo hice, y cuando vi a Lee sentado en el bar, también vi a Colin. Él estaba sentado dandome la espalda, pero Lee lo tenía agarrado de la manga de su sudadera cuando me vio, y lo arrastró hacia atrás.

Colin se volteó, mirando. Nuestras miradas se cruzaron, mi corazón hizo un firo y la más insana sonrisa se esparció por su cara. Me apresuré tras ellos.

-JEN! -lloró tan pronto estuvo al alcance de mi oído. Alzó su vaso con demasiado entusiasmo, derramando la mitad en el piso.

-Wow, cuánto bebió? -le pregunté a Lee, evadiendo la otra mano de Colin, que estaba saludando en el aire.

-No empecé a contar hasta que él se puso un poco demasiado feliz -gruñó Lee-. De verdad no quería molestarte con esto. Pero él seguía preguntando por ti, y como ves... se le estaba saliendo de las manos.

Mis ojos estaban enfocados en Colin, quien se veía cintento ahora que yo estaba aquí. Le sostuve la bebida en la mano antes de que tomara.

-HEY, por qué eso? -protestó.

Bajé el trago y le tomé la mano.

-Es tiempo de tomar algo de aire -dije. Me volteé hacia Lee-. Nunca lo había visto así.

Él sacudió la cabeza.

-Yo tampoco.

-Creo que lo mejor será llevarlo al hotel -me agaché, ya que Colin tenía en su mano una bandita elastica, estaba tratando de dispararla. Lee la atrapó antes de que le hiciera daño a alguien.

-Gracias, de verdad -dijo-. Lo que sea que esté sucediendo, espero que esté mejor mañana.

Me puse roja, pero por suerte estaba oscuro dentro del bar.

-No hay problema. Nos vemos después.

-Nos vemos.

Empecé a tirar de Colin del brazo, y él milagrosamente me siguió afuera del bar, a la calle. En mi apuro por entrar me había olvidado de pedirle al taxista que espere, así que decidí dar una caminata.

-A dónde vamos? -preguntó Colin, siguiendome.

-No lo sé -dije, porque en serio no lo sabía. Solo quería alejarme de la multitud del bar.

Colin solo se encogió de hombros, y empezó a tararear una canción. Después de unos minutos él me miró con una vaga sonrisa en su rostro.

-Sigues agarrando mi mano.

-Oh -inmediatamente lo solté, tratando de recordarme que seguía ebrio. El rió.

No podía creer que él solo se rió.

-Vamos, tienes que realajarte -dije cuando vi que habíamos alcanzado el parque. Había un pequeño patio de juegos con columpios a los lados, y también un bebedero.

El quinto piso COLIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora