Capítulo 11: Diablos, no.

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El video de Colin cantando me inspiró a escribir este capítulo. Pueden escucharlo antes o después de terminar de leer, como prefieran :D


Fue la alarma de mi teléfono la que casi me da un ataque cardíaco la mañana siguiente. Me desperté instantáneamente y me apresuré a callar mi celular.

-Oh, Dios, eso está condenadamente alto -suspiró Colin.

-Espera... -luché por apagar la alarma, pero cuando finalmente paró, el silencio fue ensordecedor.

-Mejor -murmuró él sin aire.

Me arrastré hasta los pies de la cama y lo vi enredado en las sábanas, tratando de enterrar su cara en el piso alfombrado.

-¿Como te sientes? -pregunté.

Gruñó algo incomprensible.

-¿Recuerdas algo de anoche? -traté de no sonar demasiado esperanzada, pero inmediatamente supe que fallé.

-Mi cabeza me está matando -dijo con su voz amortigüada-. Y sí, lo recuerdo.

Le saqué las mantas suavemente de encima. Él se levantó y bostezó mientras estiraba sus brazos por encima de su cabeza; su cabello era un desastre, tenía los ojos hinchados y sus mejillas estaban rosas.

¿Como podía lucir tan malditamente bien con resaca?

Fue difícil contener mi sonrisa... y él se dio cuenta.

-¿De qué te ríes?

-Ya te había visto lucirte con el Capitán Delineador, pero wow, una resaca adhiere un toque mágico a tu apariencia.

Las comisuras de sus labios temblaron y sonrió.

-Siento todo esto -miró abajo al lugar donde había dormido-. Todo esto es un gran desastre.

-Tal vez quieras mirarte al espejo -lancé una risita. Me levanté para sacar ropa de mi maleta, y cuando me volteé hacia él, se estaba frotando los ojos.

Me senté  en el final de la cama.

-¿Al menos sabes porque bebiste tanto?

Sus manos pararon de moverse, pero todavía no me miraba.

-Yo... solo estaba siendo estúpido, y perdí el control, creo. No lo sé.

-¿Por qué no tomas una ducha rápida? -sugerí- Tenemos que estar en el set en... media hora.

Después de que nos duchamos y Colin se puso sus jeans y su abrigo azul, nos dimos cuenta de que alguien había deslizado una nota por debajo de la puerta. Colin la agarró y empezó a leerla.

Colin, tu billetera está en la recepción. (Pensé que estarías aquí, dado que la llave de tu habitación sigue estando en tu billetera). Mucho amor, Lee.

-No puedo creer que estaba tan ido -dijo, rascándose la nuca. Puso la nota en su bolsillo y me miró-. Voy a ponerme ropa limpia y te veo en el set, sí?

-De acuerdo, Mr. Garfio -me burlé. Yo ya estaba dirigiéndome escaleras abajo cuando él me llamó.

-¿Jen?

-¿Sí? -me giré para mirarlo.

Él dudó, se mordió el labio, y trotó hasta mi.

-Mira, no sé qué estaba pensando ayer, pero no quise involucrarte. Fue muy estúpido que...

-Deja de disculparte -lo interrumpí-. Nosotros no nos disculpamos, ¿recuerdas?

-Igualmente quiero compensártelo.

El quinto piso COLIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora