Capítulo 4: Correr como el infierno

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Bien, escribí esto a las 4 de la mañana ayer, y primero quería subirlo en ese momento, pero entonces como era de esperarse... mi última actualización era de hace unas horas. Sí, no se de donde viene la inspiración. Por favor haganme saber que piensan! Disfruten ;)

El repentino empujón en mi hombro me sobresaltó, y miré arriba a un par de familiares ojos azules. Colin estaba parado en frente mio.

-Estás lista?

Me perdí completamente en el libro que estaba leyendo, pero volví en mi cuando me levantó de la silla donde estuve sentada durante la anterior media hora.

Habían pasado unas semanas desde que Colin se había unido al cast, pero sentía como si siempre hubiera estado aquí. Estábamos filmando el sexto episodio, donde Emma y Garfio suben al castillo de los gigantes y buscan la brújula para volver a Storybrooke.

Trabajar con Colin era genial. El único problema (que no era un problema en absoluto), era que se veía realmente bien, lo que hacía que fuera difícil concentrarme en mis líneas.

Especialmente cuando hacía esa cosa con sus cejas. Y por supuesto, él hizo de eso una característica de Garfio.

Nos preparamos para la escena, y apenas David, el director, dijo "acción!" nos metimos en nuestros personajes. Estábamos jadeando, ya que acabábamos alcanzar el final de tallo, y saltamos a la pantalla verde que se suponía que era un muro de piedra.

Miramos alrededor, imaginando destrucción.

-Qué pasó aquí? -dije sin aliento.

-Aquí fue la última batalla -se dio vuelta hacia mi, haciéndome un gesto-. Dame tu mano.

-Qué? -miré mi mano, y lo miré a él.

-Tu mano, estás herida. Déjame ayudarte.

-Oh, no, está bien, solo...

-No, no lo está. -me interrumpió, tirando de mi con su garfio.

Traté de olvidar la casi no-existente distancia entre nosostros y lo miré no-impresionada.

-Ahora vas a ser un caballero?

-Los gigantes pueden oler la sangre. -dijo, con un tono aún mas suave.

El rasposo acento británico me estaba matando.

-Y siempre soy un caballero.

Rodé mis ojos, y use eso como una excusa para moverme hacía atrás mientras él destapaba su botella con los dientes.

De alguna manera logré decir las siguientes líneas sin salirme de personaje. Hasta que lleóo la parte donde tenía que ajustar el nudo, y uso la boca para atar el pedazo de tela a mi mano.

Me tomó por sorpresa completamente. Cuando alzó la vista para mirarme, con la tela aún en sus dientes, no pude mantenerme en control.

Eso no estaba en el libreto.

Conseguí no tragar, pero mi voz era un poco más suave que la que había anticipado cuando dije "Y luego?".

Sus ojos perforaban los míos, sin soltarme.

-Y luego corremos como el infierno.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Sentí una risa incontrolable en mi pecho, porque pensar que estaba distraída por su mirada era ridículo. Estallé en una carcajada.

La seductiva sonrisa de Garfio cambió a la de Colin, y también su mirada.

-Qué pasa, amor? -dijo, conservando el acento británico.

El quinto piso COLIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora