CAPITULO 3:La historia de Mario

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El mentor mandó a los 5 luchadores a recolectar la hierba perdida que se encontraba al extremo este de la Ciudad de San Mell, lugar opuesto de donde se ubica el palacio del dictador.

Shijan pensando en voz baja dijo: Debo ser muy precavido. Tanto Darkbring como el otro son hombres muy peligrosos y como les dije a los diamantales... "Pondré en juego mi vida si es necesario".

Mientras tanto los chicos quienes se encontraban en el cuarto empacando sus cosas, no dejaban de recordar aquellas palabras que mencionó su mentor, el cual era que toda la fe y esperanza de los ciudadanos estaban prácticamente en sus manos, sin embargo afirmó que eso sería una fuerza que los impulsa para seguir adelante y no rendirse.

Mario– ¿Alguna vez han sentido que llevan en su espalda a millones de almas que busca salir de esta miseria e incertidumbre que reina en este país... y que de repente termines decepcionándolos?

Klin - ¿Por qué preguntas eso?

Mario – Solamente digo que son muchas las probabilidades de fracasar y que esto continúe por mucho más tiempo por culpa de tu incapacidad de resolver los problemas.

Klin – Es muy precipitado sacar esa conclusión, es más ni siquiera hemos estado frente a frente con el dictador.

Mario – Comprendo muy bien lo que dices, pero lo digo por el caso mío. Antes de que Shijan me reclutara vivía en una completa miseria, mi padre era la cabeza de la familia y tenía que conseguir el dinero él solo ya que mi madre se encontraba muy enferma, le diagnosticaron tuberculosis y había que comprar las costosas medicinas que requería mi madre. A parte de eso, estábamos nosotros 3 (refiriéndose a sus otros dos hermanos menores) y eran más gastos aún por lo tanto la situación empeoraba. Se ganó el desprecio de todos sus parientes y los de mi madre al no poder sacarnos adelante, me sentía tan inútil al no poder hacer nada para ayudarlo.

Ander – Eras solamente un niño, que podías hacer al respecto.

Mario – Lo sé, pero en esos momentos querías cooperar de alguna manera para librarte de esa pesadilla. Antes de morir mi madre, me pidió que cuidara de mis hermanos porque mi padre ya no daba más y así fue, con motivo del enorme estrés que cargaba en su cabeza murió estrangulado... todo indica que fue un suicidio. (Mario traspiraba en cada pausa que hacia)

Yers – ¡Oh por dios! ¿Y qué pasó después?

Mario – Nos adoptaron mis tíos, pero la situación fue de mal en peor, todos los días eran unas peleas constantes así que decidimos escapar. Fuimos a una casa hogar para niños huérfanos y desamparados y unos padres eligieron adoptar a mis hermanos, yo no pude intervenir porque pensé que era lo mejor para ellos, pero ahora no tienen idea de cuánto los extraño. Años y años sin saber absolutamente nada de ellos me enfurece conmigo mismo. Les había jurado que los iba a proteger y que siempre íbamos a estar juntos y mira... – Expresó Mario con lágrimas en los ojos.

Yers se acerca a Mario apoyando sus brazos sobre el cuello de éste y le dice que lo ayudarán a encontrar el paradero de sus hermanos aunque tenía que tener mucha fuerza y coraje.

Ander – Es cierto Mario, cuenta con nosotros. (Reflejando una gran sonrisa animadora en su rostro)

Mario recordó la misma expresión que éste le hizo a su madre ante la promesa que le propuso, entonces se llenó de confianza ante la seguridad que percibió de Ander. Un leve silencio invadió el pequeño dormitorio hasta que el mismo Mario dijo: ¡Debemos irnos ya, Shijan dijo que la hierba se secará si no la cosechamos!

Yers, Ander, Puch y Klin- ¡De acuerdo!

Yers: Un camino hacia la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora