Nota aclaratoria

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No tengo que aclarar que este relato de ocho capítulos es una obra de ciencia ficción. Por si alguien no ha reconocido a Robert Capa, el fotógrafo, en Robert, aprovecho para aclararlo.

Cierto es que he tomado personajes reales (Robert Capa, Gerda Taro, Joris Ivens y todo su equipo de rodaje de 'Los cuatrocientos millones', Ernest Hemingway...) pero no los he sometido a todos a las reglas de la realidad ni de la historia más veraz. Los he usado para mis propósitos literarios y dramáticos y, así, los he situado donde me conviene que estén para que mi historia sea como quiero que sea.

Puede parecer egoísta o poco profesional jugar así con personajes reales, históricos incluso, pero en las reglas narrativas sobre este procedimiento nadie tiene la verdad absoluta. Yo he jugado con personajes reales para hacerles vivir situaciones que, aunque no muy alejadas de la realidad (salvo por la visita de la chica del futuro, obviamente) no ocurrieron exactamente así. Se puede decir que mi relato es una combinación de ciencia ficción y ucronía (o novela histórica alternativa, caracterizada porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad) y como tal, me salvo de las críticas de aquellos que piensen que no he obrado bien al tomar estos personajes o al alterar sus historias reales.

La mayor alteración que he cometido es situar a Robert Capa en China a mediados de julio de 1937 (a él y a todo el equipo de rodaje), cuando 'Los cuatrocientos millones' (el documental en el que Capa participa como operario de cámara a las órdenes de Joris Ivens) se grabó ocho meses después. En el momento en que Gerda Taro muere aplastada por un tanque en la retirada del frente de Brunete, el 27 de julio de 1937, Robert Capa se haya realmente en París, adonde ha ido a hacer gestiones sobre su estancia en España y a realizar un par de trabajos con los que se había comprometido. Allí recibe la noticia y acude a su funeral cuando el cuerpo es repatriado. Más tarde acepta la oferta de irse a cubrir la guerra chino-japonesa con el equipo de Joris Ivens, pero no antes de 1938.

Para los puristas, la historia fue así. Para los que jugamos con las palabras, las historias y la fantasía bien puede ser que esta historia se haga real allá por el año 2550, cuando (¿quién sabe?) una chica decidida consiga su propósito de visitar en el pasado a alguien de quien se ha enamorado en el futuro.

Para acabar de justificar mi uso de las identidades de Capa y los demás, quiero citar las palabras del escritor Kirmen Uribe, quien en su obra 'Bilbao - New York - Bilbao' asegura que "cualquiera sabe que la fantasía se inspira en la realidad, pero la ley de la ficción exige que sólo se cuente una parte de la verdad. Aquella que dé sentido a la historia. Así debe ser. Si no, no funciona".

Gracias Raúl. Por la inspiración, el empuje, las palabras y la incursión en este género que, probablemente, no hubiera tocado sin ti.

El propósito (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora