Confesiones

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Ya era viernes por la noche, bastante tarde. Me encontraba bajando del taxi en la puerta de Cuervo. Esa noche Jimin me había invitado a una cita y decir que estaba emocionado era poco. Muy, muy poco.
Los guardias me dejaron entrar luego de revisar mi identificación y ya adentro lo busqué con la mirada.

En el pasillo del principio no había gente magreándose, todavía. En la pista los rostros y cuerpos desaparecían entre las luces moradas y rojas de todo el lugar.

Revisé la barra y los sillones de abajo, pero no logré encontrarlo.
El fugaz pensamiento de que me había dejado plantado pasó por mi cabeza, pero lo descarté al recordar su mensaje recordándome la salida esta mañana.

El patio de fumadores apareció en mi vista panorámica y me dirigí hacia ahí, tal vez estaba fumando. Aunque conociéndolo, le hubiera dado lo mismo el patio y posiblemente fumaría allí dentro sin problemas. Ya lo había hecho antes.

Había muchas personas ahí acomodadas, pero no él. No estaba allí tampoco.

Decidí subir al primer piso y probar suerte, si no estaba allí entonces en serio me había dejado plantado o simplemente se estaba demorando.

Subí las escaleras a paso lento, cuidando de pisar bien escalón por escalón. Hacía falta iluminación allí, porque cuando miraba hacia abajo solo la penumbra cubría mis pies y las luces a penas me daban en la espalda.

Una cabellera morena, de espaldas, me recibió arriba y sonreí como estúpido. Ahí estaba, tan imponente como siempre.

Pero algo estaba mal, así que fruncí el ceño mientras me acercaba.

—¿Jimin?

Kookie, hermosho hasta que llegasste...

Decir que Jimin estaba ebrio era poco, el tipo destilaba olor a alcohol y arrastraba las palabras. Por dios, si hasta apenas se podía sostener recto en la silla.

Vamos a brindar, Kookie

—Creo que ya tuviste suficientes brindis por esta noche.

Los brindis nunca son suficientes para él shhh

—¿Para él?

Sí, para él. Vamos a brindar por él. —Y me dio un vaso lleno de cerveza. Yo no entendía nada. Quién demonios era él y por qué Jimin estaba así de ebrio. Estaba comenzando a cabrearme cuando Jimin volvió a hablar.

Hoy es un día muy... particular... por una persona muy especial y decidí pasarlo contigo porque también eres especial

—¿Quién es esa persona, Jimin? —Traté de indagar, ignorando el sonrojo de colegiala que me había llenado la cara al escuchar que era especial para Jimin. Ya después tendría tiempo para eso.

Él es una persona muy especial que extraño mucho mucho desde hace mucho mucho porque se fue por mi culpa.

—¿Por qué por tu culpa?

Porque soy un imbécil, por eso. —Y se tomó todo el trago de una sola pasada. No debería estar haciendo esto, pero si ésta era la única forma de sacarle información a Jimin entonces creo que podía aguantar un poco más.

—¿Quién es esa persona, Jimin? ¿Un amigo?

¿Qué pasa, Kookie? ¿Te da celos? —Sonreí incómodo ante la insinuación y me mantuve callado.—No, no es un amigo.

—¿Cómo se llama?

Tampoco voy a decirte

—¿Por qué tanto misterio, Jiminnie?

¿Por qué tantas preguntas Jungkookie?

—Touché. —Tome un trago de mi cerveza y observé atento a Jimin antes de preguntar. —¿Y por qué me trajiste aquí a mí en lugar de invitar a esa persona?

Esa persona no puede venir aquí

—¿Por qué? ¿Está lejos?

Podría decirse que si

—¿Dónde está? —Pregunté con cautela y me paralizó el ver la cara de Jimin deformarse una milésima de segundo antes de sonreírme como si nada.

Lo siento, pero no puedo presentártelo, Kookie. Él ya no tiene el privilegio de vivir en este mundo como nosotros.

—Joder, Jimin.

Y es mi culpa, lo siento, lo siento. No puedo presentártelo. Es mi culpa.

—No, Jimin. Está bien, no es tu culpa.

¡No, no está nada bien! ¡Es mi maldita culpa! ¡Demonios!

—Ya, tranquilo. Vámonos de aquí ¿sí? Te dejaré en tu apartamento.

No, no quiero.

—Vamos, me quedaré contigo. Pero, por favor, vamos. —Y a duras penas logré cargarlo escaleras abajo y sacarlo del bar. Las llaves de su camioneta estaban en su chaqueta así que subirlo y llevarlo hasta su casa no fue difícil.

Joder, fue mi culpa. Lo siento tanto...

—¿Por qué piensas que fue tu culpa, Jimin?

Porque lo arruiné y él luego decidió irse. Lo arrimé a eso, estoy lleno de mierda, es mi culpa. Si no hubiera dicho lo que dije seguramente seguiría con vida.

—No, Jimin, basta. No fue tu culpa.

Ya dentro del apartamento lo recosté en la cama y me sobresalté por el tirón que él me dio, haciendo que quedase acostado a su lado.

Solo, no te vayas, por favor, quédate esta noche... —Los sollozos salieron de la nada, al igual que todas las palabras dichas esta noche. No pude evitar sentir lástima, nunca pensé que Jimin iba a estar tan fragmentado por dentro.

—Está bien, tranquilo, aquí estoy. —Me acomodé en la cama, abrazándolo y él se limitó a aplastar su cara en mi pecho y llorar.

Lo siento, lo siento tanto... No te odio, no te odio. Yoongi, lo siento. No te odio, Yoongi...

Yoongi.

Entre sollozos y balbuceos se durmió, y yo no pegué un ojo en toda la noche.

No te odio.

Yoongi.

Lo siento tanto.


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Una parte del pasado de Jimin ha salido a la luz omg.

Jungkook está complicado ahora que tiene más información ¿Qué hará con ella?

Dejen ☆ y comentarios, chirusas♥

PD: Hoy doble actualización así que sigan leyendo♡

Cuervo [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora