Disculpas

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Había pasado una semana exactamente, mi celular se encontraba apagado y guardado dentro de un cajón en mi estudio y pensaba dejarlo ahí hasta que se pudra, o al menos hasta que sea sumamente importante utilizarlo.
Pero, como viene pasando últimamente, mis planes no fueron como yo quería, porque un furioso y asustado Hoseok llegó a mi casa preguntando por qué mierda no atendía el teléfono y que tenía que pensar un poco en todos ellos y bla bla bla. Realmente luego del "Nos preocupamos..." dejé de escuchar.

Luego de prácticamente correrlo de mi casa, me dirigí a paso lento hacia el celular.

La principal razón por la que no quería prenderlo era por ese mensaje que Jungkook había enviado el día que me fui de su casa.

No quería encenderlo y ver la cantidad inimaginable de mensajes y llamadas perdidas de mis amigos, eran unos exagerados. Tampoco quería ver el mensaje de Jungkook, u otros mensajes que podría haber dejado. No estaba de humor para esas cosas, pero bueno, nunca estoy de humor para nada realmente.

Entré al estudio, estaba todo igual a como lo había dejado. Cuando Hoseok irrumpió en mi casa, yo estaba en medio de un proyecto así que tuve que pausarlo a la fuerza antes de que ese imbécil me tirara la puerta para entrar.
Me tiré sentado sobre el mullido sillón de cuero negro que descansaba frente al tablero y saqué mi juego de llaves, abriendo el cajón.

179 llamadas perdidas.
181 mensajes nuevos.

—Vaya, que bonito. —Me dije sarcástico y entré para revisar las llamadas.

Hope, Hope, Hope, Taehyung, Taehyung, Hoseok, Taehyung, Jin, Jin, Jin, NamJoon, NamJoon, NamJoon, Hope, Hope, Hope...

Borré todas de una sola vez y me concentré en los mensajes.

179 mensajes eran los típicos "El número... ha intentado comunicarse contigo, para llamarlo presione SEND"

Pero ahí habían dos mensajes más. De Jungkook, por supuesto.

DE: Jungkook

Jimin, en serio lo lamento. No quería incomodarte como lo hice, se me escapó esa pregunta. Espero no estés enojado conmigo.

DE: Jungkook

Oye, quiero disculparme contigo ¿sí? Te invito un trago si quieres. Así que por favor comunícate conmigo, solo quiero que las cosas estén bien.

—Maldita sea —Estaba cansado de maldecir, iba a terminar en el infierno si lo seguía haciendo tan seguido. Pero es que esta semana fue tan mierda que no podía evitarlo.

Ese mensaje lo había mandando justo hoy. Miré la hora en mi computadora y salí del estudio y de mi habitación. 11:11 p.m. Bufé cansino.

—Deseo estar muerto. —Dije al aire y luego negué por mi ocurrencia. Según decían, si vez la hora a las 11:11 podías pedir un deseo. O era a las 10:10, no recuerdo. Ni siquiera sabía qué carajo hacía pensando en esas estupideces.

Entré a la cocina y miré alrededor. Empaques de comida estaban abiertos y desparramados por todos lados, la alacena estaba abierta de par en par, al igual que la heladera. Demonios, seguro lo que había dentro ya se había podrido. Si es que había algo adentro.

Migas, restos de comida y platos sucios por todos lados. Era un puto chiquero.

Había tenido otro ataque la noche anterior y pareciera que un huracán había arrasado con mi cocina.

Volví a suspirar y tomé todos los empaques, tirándolos a la basura. Saqué todo lo que tenga cadena de frío de la heladera, tirándolo también y barrí un poco.
Cuando vi que ya todo estaba medianamente decente, miré la hora en mi celular. 00:32 a.m

Cuervo [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora