YoonGi

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Ya era de mañana. Jimin seguía desmayado en su cama y yo estaba en la cocina, haciéndole un pequeño desayuno para cuando se despierte.

Dejé el plato terminado, con los waffles embadurnados en miel y una taza de café al lado sobre el merendero de marfil que dividía el living del comedor.

A paso lento y silencioso volví a adentrarme a la habitación de Jimin. El par de aspirinas, el vaso de agua y la nota explicando que tuve que irme temprano aún descansaban en el buró, y Jimin seguía dormido plácidamente.

Me acomodé a su lado, despacio, comenzando a acariciar su cabellera, mirándolo con cuidado.

Anoche había dicho demasiadas cosas, las cuales muy probablemente no recuerde hoy. Pero aún así necesitaba saber qué demonios era exactamente lo que había pasado con ese tal Yoongi que Jimin tanto lloró anoche. Porque no aguantaba verlo así. Roto y deprimido. Odiándose a sí mismo por algo que muy posiblemente no haya sido su culpa para nada.

—Lo siento... —Murmuré despacio sobre sus labios, antes de besarlo y dejar el departamento. Había prometido no entrometerme, pero Jimin necesitaba ayuda y para poder ayudarlo necesitaba saber.

.

La casa de mi tía apareció en mi visión y apresuré el paso a ella.

Al entrar pude divisar a Hoseok sentado en la cocina, sin camiseta y en shorts, probablemente desayunando.

—¿Quién es Yoongi? ¿Taehyung está acá?

—¿Qué?

—¿Está Taehyung o no?

—No, no se quedó anoche ¿qué te sucede, de qué hablas?

—No te hagas el desentendido, sólo habla, Hoseok.

—¿Qué escuchaste? No mal interpretes nada.

—No mal interpreto nada. Anoche tuve que sostener a Jimin toda la noche, completamente ebrio y llorando a mares mientras se auto culpaba por la muerte de un tal Yoongi. No puede seguir así.

—Demonios...

—Si, Hoseok. Jimin está mal y tenemos que ayudarlo, sé que sabes cosas que yo no sé y si no me las dices ahora te prometo, por el amor de Dios, que no te dirigiré la palabra nunca más en mi puta vida.

—Jungkook... No, lo siento, pero es que no me corresponde decirte algo como eso...

—¡Hoseok! ¡Si no me entero de esto, no podré ayudarlo en nada y es muy claro que tú tampoco lo haces!

—¡No es porque no quiera, es que ya intenté y no escucha!

—¡Yo sé cómo ayudarlo, joder, que soy psicólogo!

—¡Bien, bien! Te contaré, demonios, Jungkook. Tú y tu puta determinación.

—Por favor, entiende que esto es para ayudarlo. Hoseok, es malo que se encierre así en sí mismo.— Él guardó silencio un segundo antes de volver a hablar.

Lo que sentía ya no era simple curiosidad como al principio. Realmente Jimin me preocupaba.

Se había vuelto muy importante en el poco tiempo que llevaba en Corea. Había hecho que mi estadía en este país completamente nuevo sea muy buena, y no es que no me lleve con mi primo, pero es que él tenía a su novio y no quería estar metido entre los dos solo porque yo había decidido por cuenta propia venir aquí a interrumpir en las vidas de todos.

Jimin había sido de mucha ayuda y se lo agradecía. Era alguien realmente especial en mi vida ahora y sentía que tenía que hacer esto por él. Aún si con esto estaba arriesgándome a que luego me odie...

Cuervo [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora