V: Un viejo amigo, al parecer.[Sin Editar]

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-Joder, Que te he dicho que si mujer, me han despedido sin razón alguna, pero antes de eso ha pasado algo muy raro, solo no me quisieron dar una hora con el jefe zonal, para poder pedir una explicación, ni siquiera es algo legal, no pueden despedirme así sin más-

Estaba literalmente queriendo matar a aquel que la despidió, ella solo llego tarde un día, hizo todo lo que pudo para salvarle el pellejo a todos los que estaban en la sala de urgencia, por salvar unos cantos termino despedida, es algo sin explicaciones, para remate esta esa loca idea de que se vaya a trabajar con aquel hombre del cual ni siquiera sabe el nombre, salió de un bosque en plena madrugada, desnudo y con una marca rara en su brazo, la trato de niña y muchas cosas y así sin más le viene a ofrecer trabajo para un psiquiátrico, con remuneración exagerada, es ilógico, su vida se volvió ilógica desde ese día.

-¡AMIGA! ¡Cálmate!, ya entendí te despidieron sin razón alguna, pero, ¿Qué más vas a hacer? ¿Le vas a ir a tirar un jarrón de agua encima? ¿Iras a destruir medio hospital peleando eso? No, no puedes, aunque estés queriendo decir que sí, pero no, porque te pondrán una demanda y para abogado no tienes, piensa con la cabeza, eres buena enfermera, tienes calificaciones perfectas, no te echaron por una negligencia o algo por el estilo, conseguirás trabajo, tranquila, y yo quisiera seguir hablando contigo pero no puedo, porque...tengo...bueno tengo que trabajar-

Eso era verdad, era una excelente enfermera no tendría problemas para trabajar, solo debía respirar profundo, calmar su ira que no le llevaba a ningún lado y relajarse, antes de que pudiera decirle adiós su amiga se desconectó del fono, como consecuencia tirando su celular al sofá, el cual tenía ropa y haciendo que el teléfono se caiga al suelo, haciendo un feo ruido.

-¡Uff!-

Realmente la poca calma que quería tener estallo cuando sintió su teléfono caer, es como si una racha de mala suerte se hubiera posado justamente sobre ella, se levanta de su cama donde estaba tendida, intentando descansar, coge su teléfono y lo mira, ahora ya no prendía, le hacía de todas las formas posibles para que se encienda, pero nada, estaba apagado y no era por bateria por que tenía el 87 por ciento, estaba como nuevo, lo tenía apenas 6 meses, le costó comprárselo y ahora saz, se echa a perder, tomo con fuerza el celular en sus manos y con fuerza lo tira contra la pared escuchando un ruido de un vidrio, de seguro la pantalla ya había muerto por completo, esa ira y decepción hizo que caiga de rodillas al suelo con una gran opresión en el pecho, como las que últimamente tenia, la estaban matando, no quería ver más cosas raras, ni situaciones extrañas en su cabeza.

-No...no...no...no... mas no, ¡HE DICHO QUE MAS NO!-

Pega un fuerte grito que había retumbado en todo la casa, en la cual estaba sola si no su madre ya hubiera estado en la habitación cuidándola como una niña pequeña, sin más esa opresión desapareció sin más, toma su cabeza en sus manos, como esas locas, y cierra sus ojos con fuerza, el frió piso se hacía presente, su corta camisola beige cubrió lo justo y necesario.

-Vale...vale...no es tan grave... solo es el estrés... nada más...solo estrés...solo eso-

Intenta convencerse a sí misma y se levanta del frió suelo, afirmándose en la orilla de su ventana, abre los ojos y logra ver un poco atreves de ella, aunque el clima de pronto se vuelve oscuro a pesar de ser nocturno, la luna iluminaba todo, pero solo se cubrió de negro, las nubes de lluvia comenzaron a derramarse sobre el sector, dejando caer grandes goteras de agua.

Rasca su cabeza un poco y arregla su ropa para comenzar a correr las cortinas, pero una luz en el centro del bosque le hizo mantenerse en la ventana, mirando, hasta que un fuerte ruido en el primer piso la hizo saltar, termina de cerrar las cortinas y se gira.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora