VIII: Lo extraño.

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-¿Alessa...? ¿Qué? Ya me perdí, madre, explícame...un...poco...no logro comprender...-

Pronuncio sentada en el sofá, no entendía nada, alguien que no era mi madre estaba muerta y resulta que hablan de unas alas, cortes o algo por el estilo, que era un demonio, un ángel caído, un no sé qué... ¿Qué soy una elegida? una elegida, ¿de qué? Si con suerte se hacer mi trabajo como corresponde, apenas y puedo hacerlo bien, ¿Cómo voy a ser la elegida de algo?.

-Como te dije, hija, tú no debes confiar en las personas, debes desconfiar de todos los que se te acercan, yo...solo puedo decirte que él, no debes acercarte, él es todo lo contrario a lo que debes tener cerca, ¿Comprendes?-

Mi madre habla y habla, pero no explica nada, solo palabras difusas, sin sentido aparente, cosas que no logro comprender, solo hay dos explicaciones, o ella explica mal o yo soy de cerebro pequeño.

-¿Elegida de que madre? ¿Alas? ¿De qué alas hablaban? Si él fuera malo pudo matarme miles de veces y, al contrario, nos salvó, además...él es...el hombre de mis sueños...-

Pronto mi madre abre la boca de par en par, como sorprendida a las palabras que de mi boca salían, pero muevo mis manos rápidamente negando lo que ella probablemente pensó.

-No él hombre de mis sueños amorosamente hablando, más bien...el hombre que se me aparecía en esas...alucinaciones...me veía yo...y él...juntos...unidos, como si...-

Me tapo la boca en el momento que digo tal locura, yo no lo conozco a él y tampoco quiero hacerlo, parece un maniático y mi madre debe irse al psiquiátrico también.

-Solo puedes saber que no debes confiar en él y que eres la elegida...la elegida de Dios, la descendiente de Eva, alguien que fue mal encaminada, pero que dentro de todo es una santa, aquella marca que posees...es la marca de Eva, desde que naciste supe que serias especial, más al dejar entrar a aquel ángel en mi cuerpo...el me mostró la verdad de las cosas, sus caminos siempre se encontraran, a pesar de todo...-

Miro con el ceño fruncido, intentando asimilar todo, ¿Yo descendiente de Eva?, ¿Yo? ¿Qué tengo de especial? Nada, solo un par de situaciones raras en mi vida, como cuando era pequeña y creía ver y escuchar los ángeles, pero solo eran fantasías, ahora ¿Que tiene que ver el hombre del rito raro.

-¿Por qué si es tan malo no me mató? Y si soy una elegida, ¿Por qué Dios no viene a ayudarme?-

Pregunto intentando descubrir que solamente es una demencia de todo el pueblo, de seguro es infeccioso, y yo aquí desprovista de todo y todas las cosas.

-Te necesita con vida, si tu mueres su plan muere también, su reinado contigo, su desdicha eres tú; su debilidad eres tú, pero también eres la persona a la que más odia en el mundo, a pesar de su edad...lleva odiándote y am...-

Iba a decir algo, pero pronto se calló, me levante rápido intentando hacer que siga hablando, pero era imposible, no había forma, simplemente se quedó callada y comenzó a caminar a la habitación de una manera rara,
a decir verdad, al punto de dar un poco de miedo, la sigo, no pienso perderla de vista en un momento como este.

-Debes quedarte en casa, encerrada, sin salir, te buscan y no es nada bueno, tú eres muy poderosa, eres diferente a todos, no solo eres humana, eres portadora de luz y muchas cosas más que aún no comprenderás, pero no me corresponde a mi decírtelo, muchos querrán verte bajo tierra por lo que debes tomar atención a cada una de las cosas y señales que te den los que conoces, ¿Comprendes? No te dejes engañar por quienes creíste alguna vez te amaron-

Dice aquellas palabras tan fríamente y seriamente, que daba miedo, mucho miedo, ¿Y si era verdad? ¿Y si mi vida corría peligro? ¿Y si aquel..."Ángel" era verdad?.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora