The boy next door

Después de las doce

Puse cara de ¿y ahora qué? y sonrió.

- Vení -susurró.

Me acerqué lentamente hasta que mi boca quedó a milímetros de la suya.

- Un poco más -dijo y apenas lo escuché, pero sus labios rozaban los míos cuando habló.

En cuanto lo besé, puso una mano sobre mi cuello para mantenerme cerca y llevó la mano que tenía en mi cintura hacia mi culo.

Estuve cinco segundos chapando y ya se me había acabado el aire. Hizo un camino con sus dedos desde mi cuello hacia mi cintura y, envolviéndome con su brazo, me dio la vuelta sobre la cama, quedando sobre mí.

Apoyó todo su cuerpo contra mí. Yo tenía unos shorts muy cortos de calza y sentía con demasiada facilidad cómo estaba él. Con sus manos me acariciaba todo el cuerpo, pero no se quedaba más de dos segundos en el mismo lugar. Yo apenas atinaba a besarlo, era todo tan intenso y flashero.

Estaba tan caliente como él, incluso más, pero simplemente no podía comandar a mi cuerpo para que hiciera algo al respecto.

Bruno paró. Se alejó un poco para mirarme.

- ¿Estás bien?

- Sí -le contesté, sin aliento.

- ¿Suficiente por hoy?

- Sí -mientras con los ojos le pedía que siga.

Me dio un beso en lafrente seguido de uno en la boca y me aseguró que tendríamos más tiempo elpróximo fin de semana. Yo sólo podía pensar cómo se suponía que aguantara hastael sábado.