Enferma de amor ...Star x Marco...

Cap 21

—M-marco...

Lo miré completamente sonrojada.

—T-te eché de menos... —dije, mirando al suelo —.

Marco~ Star estaba tan nerviosa como yo. No nos vimos en todo un mes y la verdad ya no sabía como tratarla. ¿Cómo... amiga? ¿Cómo... novia? ¡Espera! Todavía no somos nada, pero no quiero volver a tratarla como amiga, eso le dolía mucho. ¿Qué hago?

Antes de poder reaccionar, Star se lanzó a mis brazos. Yo le correspondí, atrayéndola más a mi. ¡La había extrañado tanto! Las palabras parecían innecesarias. Con un sólo abrazo nos decíamos todo lo que sentíamos en el corazón. Le acaricié el cabello suavemente, depositando un beso en su cabeza. Me miró sonriente. ¡Cuánto había extrañado su dulce sonrisa!

—M-marco...

—Star...

Todo lo que nos rodeaba iba desapareciendo. Estábamos en un mundo aparte, donde sólo existíamos ella y yo. Y solo eso importaba.

—Te amo, preciosa.

—Y yo a ti, mi Marco.

Star~Nuestros rostros empezaron a acercarse. Podíamos sentir la respiración del otro. Cuando estaba a punto de besar sus labios, alguien nos interrumpió.

—¡¡¡Voy por la cámara!!!

Eran los papás de Marco. La señora Díaz fue corriendo a buscar el aparato, mientras su esposo nos miraba con los ojos brillantes.

—¡Por fin mi hijo es un hombre! —exclamó, enternecido —.

—¿D-de qué hablas? —dijo Marco, alejándose de mi muy nervioso —.

—Ya sabes, te costó mucho decirle a Star lo que sentías por lo cobarde que eras y...

—¡Ey! —gritó Marco, disgustado —.

—... y la pobre Star sufrió mucho por eso, ¿no?

Marco bajó la mirada, triste.

—Si, fui muy estúpido por no darme cuenta del daño que le hacía a la persona que más quería...

—T-tranquilo Marco... no te atormentes con eso. Yo tampoco hice las cosas bien...

—¡Pero Star! Estabas tan débil y triste por mi culpa y... no puedo perdonarme eso...

Le di un beso en la mejilla.

—Todo eso ya pasó, Marco. El amor lo supera todo...

Los papás de Marco ya vomitaban arcoiris. El chico seguridad estaba rojo hasta las orejas, pero con una sonrisa nerviosa que le hacía verse muy tierno.

—Y-yo también te amo...

—¡Ya bésense de una vez! ¡Ya tengo la cámara! —gritó Angie, emocionada —.

Me sonrojé totalmente.

—N-no quiero besarla a la fuerza... no quiero que se sienta presionada... —dijo Marco —.

—¿Y-y... t-tu crees que yo no quiero? —dije, moviendo mis dedos, nerviosa —.

—¡Vamos Marco, se un hombre! —gritó su papá —.

—¿Entonces... quieres? —me dijo Marco, con una mano acariciando mi mejilla —.

—C-claro...

Me sonrió nervioso, acercando mi cara a la suya. Cerré los ojos, sintiendo mi corazón palpitar a mil, olvidando el resto del mundo y sintiendo sus dulces labios impactar en los míos. Sentí que el mundo era perfecto, hermoso, que nada podía ser mejor...