Enferma de amor ...Star x Marco...

Cap 34

Star~ Los que estaban a nuestro alrededor se sorprendían cada vez que decíamos cuanto tiempo llevábamos de novios Marco y yo. En ningún momento nos habíamos distanciado, ni nuestras peleas habían sido tan terribles para no hablarnos en todo el día. De hecho, una de nuestras "discusiones" (la peor que hemos tenido hasta el momento) se puede resumir en 7 actos:

Acto 1: Star entra a la habitación de Marco buscando algo que se le perdió. Al ver que no está ahí, deja todo desordenado y se va.

Acto 2: Marco ve su habitación toda desordenada y da un grito de horror al ver que sus cómics, ordenados por volúmenes, están todos esparcidos por el suelo. Va inmediatamente al cuarto de Star.

Acto 3: Star saluda a Marco, sin imaginar lo enfadado que está con ella por unos simples cómics (en serio, no veo por qué tanto alboroto). Marco se deja llevar por el enojo y le pide explicaciones a Star por el estado de su cuarto, dando un grito que dejaría sordo a cualquiera.

Acto 4: Star no comprende por qué su novio se enoja tanto por el desorden de su cuarto, y por sus cómics (recalco, no se por qué tanto alboroto) y no duda en decírselo.

Acto 5: Marco se va enojado a su habitación, poniéndose a ordenar todo él solo, pese a que Star se ofrece a ayudarlo.

Acto 6: Star y Marco se sienten mal por la "discusión" que acaban de tener.

Acto 7: Ambos se perdonan, se dan un beso y ven una película juntos, mientras comen nachos.

Fin.

Cuando le conté a Janna sobre mi mayor "discusion" ella casi escupió la bebida que estaba tomando y se largó a reír.

—Eso no es una discusión, Star. Son cosas que pasan...

Janna seguía riendo, a lo que fruncí el ceño, fingiendo estar enojada con ella.

—Vaya, veo que no te tomas en serio mis problemas —le dije, fingiendo una voz chillona.

Janna se apretaba el estómago de tanto reír.

—Creo que no podremos ser amigas nunca más —continúe, dándole la espalda dramáticamente.

—Ay, no por favor... vuelve amiga, vuelveee... no puedo vivir sin tiii...

Janna y yo nos seguimos el rollo, tanto que la gente que estaba a nuestro alrededor se empezó a acumular, pensando que era una especie de obra de teatro.

Janna cayó dramáticamente al suelo, sin darse cuenta de la cantidad de gente que nos observaba. Fingió agonizar, susurró un "dile a Tom y a mis hijos que los amo" y se hizo la muerta, sacando la lengua hacia afuera y quedando con la mirada perdida. Yo, que disfrutaba de aquella atención, me arrodillé ante ella, fingí llorar, di un grito desgarrador y murmuré:

—Se los diré. Lo prometo. Siempre fuiste una gran amiga...

En ese momento, el gentío que se había formado estalló en aplausos. Yo simplemente sonreí, e hice una reverencia. Janna no podía creer el ridículo que había hecho ante ese montón de gente.

—Creo que de verdad me voy a morir, pero esta vez de vergüenza — me dijo, mientras nos hallábamos caminando hacia la casa de Marco, en donde estaban los chicos.

Yo no podía parar de reír al recordar el alboroto que formamos en plena calle. Costó convencer a la gente que no éramos actrices ni que estábamos haciendo algún tipo de publicidad. Dijeron que teníamos talento.

—Quizás deberías estudiar para eso, Janna-banana.

—¡¿Qué?! ¿Estás loca? Le tengo pánico a los escenarios.