Quiero intentar

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JUNGKOOK

Solté el poco aire que tenía retenido y me digne a hablar.

-Te expresas muy bien -- quería sonreír pero también quería llorar, sin embargo retuve ambas emociones-- ¿pero que tan cierto es todo eso?... Permíteme dudar -- sonreí firmemente -- enserio no puedo tomarte enserio, ¿Sabes por qué? Tengo varios ejemplos, no puedo contarlos con los dedos, sin embargo daré uno muy claro, ¡Amas a las mujeres! ¿Cuántas te cogiste en el baño del colegio mientras te conocías conmigo?... Yo me enteré de eso, acaso crees que tus locuras no son contadas por todo el colegio. Al principio no me importó, pero luego, cuando supimos "nuestra historia" yo espere más de ti, pero claro, el señor PARK JI MIN no pudo controlar sus hormonas y siguió, solo digo esto porque "dudo". Eres enserio bueno con las palabras. No negaré que te amo, ya lo dije antes, pero eso a que quiera algo contigo, es sumamente una locura, todo es raro, yo solo quiero -- ya mis ojos estaban rojos al no parpadear mientras hablaba, pero no lo hacía a propósito, solo fue una manera que al final me ayudó a contener un poco las lágrimas-- ¿Por que?... ¿Por que yo? No es por nuestro pasado, eso no vale ahora -- me había dolido decir eso -- este es nuestro maldito presente ¡Y en el! Nada tiene sentido.

No lograba responder. Me mantuve en silencio, volvía a esperar su respuesta, lo odiaba en esos momentos, pero estúpidamente también quería comerlo a besos, quería que me convenciera, yo sabía que quería darle el si, sabía que quería estar con el, pero algo fuera de eso me hacía dudar, algo más se apoderaba de mí y hablaba, ese algo me daba a entender algunas cosas.

-No tengo nada más que decir-- fueron sus últimas palabras.

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DÍA SIGUIENTE

Estábamos de vuelta en casa, después de que todos nos separamos corrí hacia mi casa como si no hubiera un mañana.

Me tiré en mi cama y empecé a llorar sin control, las ganas intensas de ir a decirle que "si" no se marchaban, a pesar de que él no lo había vuelto a intentar yo quería correr y besarlo.

-Jungkook-- había una ligera voz desde el otro lado de la habitación.

-¿Que?

No estaba del todo atento a lo que estaba pasando, miraba el otro lado de la habitación mientras secaba mis lágrimas.

-Lo siento-- volvían a hablar.

Gire mi cabeza y note unos zapatos color rojo con cordones negros, mientras subía más mi mirada notaba el estilo casual de la persona en mi habitación.

Volví a colocar mi cara contra la almohada, no hacia falta seguir viendo a la otra persona, con ese pantalón tan apretado y culo firme no hacia falta dudar de quién era.

-¿Cómo llegaste aquí? -- mi voz se perdía en la almohada.

-Por la ventana -- su respuesta simple.

-Entonces date la vuelta y vete por donde viniste-- estire mi brazo para tomar los auriculares que estaban bajo mi cama.

-Ok... Me iré.

Escuché como la mesa del tocador hacia un fuerte crujido. Estaba claro que Park se estaba apenas acomodando.

-¿No te ibas a ir?

-Oh si, claro que me iré... Después de que diga lo que tengo que decir.

Tome los auriculares y los coloque en mis oídos, no encendí mi celular, ni siquiera había conectado los auriculares, quería parecer desinteresado, pero quería escuchar cada mínima palabra.

-Esto tal vez suene feo, pero no quiero inventar un discurso lleno de basura donde se vea un lado bonito y tierno. Seré directo, así que, espero que escuches. Odie la idea de ser gay, eso no cabía en mi mente así que me enloquecí, así es, como tú lo dijiste, mis malditas hormonas no se controlaron, siempre lleve a una chica al baño, una y otra maldita vez en cada descanso o en alguna hora de clase que no me importará, pero nunca hacía nada, imposible que me creas, ni yo me creería... Pero es la verdad, nunca hice nada, siempre que estaba a punto de meter mi maldito pene en sus vaginas tu aparecías en mi cabeza, y sé que eso no es bonito de escuchar, a quien le gustaría oír que mientras cogías con una pensabas en... Otro -- se detuvo por un momento-- algunas ya no hablan conmigo pero... me hacen ver como una burla cada que nos chocamos... Pero bueno, así es ese punto del cual me hablaste ayer, no tengo nada más que decir sobre el... Bueno, dicho esto, supongo que ya me voy.

-Esto es todo-- estaba algo enojado después de todo -- viniste aquí a decirme que pensabas en mi mientras ibas a "coger" con otras, ¿ahora después de eso simplemente te irás? Acaso me quieres dejar como el malo de la historia además de el plato de segunda mesa-- rei levemente pero luego me detuve y lo miré -- ¿Entonces?

Cuando me di cuenta el ya estaba justo frente a mí cara, a una mínima distan en la cual solo nos separaba la respiración.

-¿Qué haces?-- pregunte en voz baja algo entrecortada.

Solo giro levemente su cabeza y detallo cada parte de mi rostro.

-Lo preguntaré una vez más -- sus ojos se mantuvieron fijos en mis labios -- ¿Quieres ser mi novio?

Observe cada pequeño detalle de su rostro, aproveché al igual que el la corta distancia para observar, detallar, oler.

-Si-- ya no estaba seguro de nada, solo me sentía hipnotizado por su mirada.

-Si.

No faltó que hiciera un movimiento en falso, después de nuestras respuestas decidimos besarnos rápidamente, sus lengua sin compasión se metió en mi boca, el no me dejaba espacio para pensar, el era el único que hacía movimientos claros mientras que yo era un principiante y quería aprender de un buen maestro.

-Si-- detuvo el beso dejando solo un leve roce entre nuestros labios.

-Si-- no pude contenerme y volví al beso.

Sabía que mis últimas lágrimas se estaban perdiendo entre nuestros labios, había un toque salado que luego desaparecía mezclándose con nuestras salivas.

No puedo negar que me gusta lo malo, no dudó en que saldré herido, pero quiero aprender, quiero intentar, quien no se arriesga no conoce.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora