Algo mas

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JUNGKOOK

Me quedé en la habitación con Jimin, sin embargo mantuve muy clara la distancia. Mientras el miraba por la ventana yo me escabullía hasta la esquina más oscura de la habitación.

-¿Qué haces?.

¡Mierda me descubrió!

-solo... ¡A ya se! Buscaba el lugar más oscuro ya que la luz me incomoda ahora y no me deja dormir bien.

Me miró extrañado ante mí mala respuesta pero solo ignoro su comentario.

-Las cobijas están en la mesa-- me señaló-- yo dormiré en el sillón de abajo.

Me mantuve reservado antes de atacar con preguntas ya que él no había terminado de hablar.

-No quiero que te sientas incómodo... Verás, si quieres olvidar lo de esta tarde por mi no hay problema, sin embargo, yo tome mucho valor para decir eso, ¡No es que quiera que te sientas mal! -- empezó a negar con sus manos-- solo quiero que lo tengas un tanto presente.

Asentí un par de veces. Sabía que él no iba a poder notar el color rojo que se apoderó de mí cara, sin embargo notaría que estaba intimidado al no mantener la mirada fija, pocas veces lograba ganar en ese juego, era un mal ganador.

-Sigo sin entender por qué lo dijiste.

-¿Eso es tan difícil de entender?

-Si-- iguale su sencilla respuesta.

-Entonces-- lo pensó un momento antes de responder-- lo dije por que quise-- se encogió de hombros mientras hacía un ligero y tierno puchero.

No pude evitar sonreír, sabía que algo así pasaría, esas eran las respuestas de Park.

-Yo te pedí que no me dejaras solo.

Esta vez fue él quien asintió.

-¿Entonces por qué estás pensando irte a dormir en el sofá? 

Esta vez trate de tener el porte de seriedad, en cambio, el se reía, eran grandes carcajadas, ya me hacía pensar que se estaba burlando de mi, bueno...hasta yo me burló de mi infantil actuación.

-Tienes razón -- se seco una lágrima que caía por tanto reír -- eso está muy mal hecho de mi parte.

-Si-- apreté mis labios -- muy malo Jimin.

-Entonces supongo que me quedaré.

-Bien dicho.

Ambos reímos por un corto tiempo hasta que nuestras miradas chocaron y llevaron todo a un momento de incomodidad.

-Si-- dijo el.

-Si-- respondí yo mientras me ponía en pié.

-Si.

-Si.

Seguimos así por un rato mientras nos acercábamos con ligeros pasos.

-Sabes-- por fin el decía algo diferente -- esa podría ser nuestra palabra.

-¿Si?-- está vez estuve algo confundido.

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