No quiero un cuento de hadas

857 91 6
                                    

JUNGKOOK

Era inútil tapar mis oídos para no escuchar los gritos. Me arme de valor y mire la situación, por mas que quisiera las lagrimas no dejaban de caer.

Mi paciencia se agotaba, no podía creer que Jimin estuviera ahora debajo de el dispuesto a recibir un golpe.

La acción que tome no era la esperada, mi cuerpo reacciono antes que mi mente y me hizo actuar. Ahora estoy aquí de pie ante un mentiroso con su pareja y a otra victima.

-Jungkook quédate fuera de esto no compliques las cosas-- mi padre hablo tan tranquilamente que casi obedezco a sus palabras. 

-No quiero-- respondí mientras mi cabeza estaba baja y mi tono de voz era tan débil.

-Jungkook-- Jimin pronuncio mi nombre en voz baja mientras se bajaba de la cama.

-Hablen ahora o callen para siempre-- finji una sonrisa mientras aclaraba mi tono de voz.

-Por favor solo son unos niños no entienden lo que esta pasando-- aquella señora tomaba un tono demandante aun sabiendo su lugar.

-Cuantas veces tengo que decirlo-- pronuncio Jimin-- que razón hay para esta estúpida mentira y que estén en ¡mi puta cama!-- empezaba a actuar como psicópata.

¿Que clase de padres tenemos?. ¿porque presenciamos esto? que estúpida basura. Una infancia perdida y una adolescencia mal hecha, ni siquiera ocultaron bien el pasado, me dan un poco de tristeza.

Hice algunas muecas mientras pasaba mi mano por mi cara y sacudía mi cuerpo tratando de que se fuera la tristeza.

-Esta bien vamos a hablar-- quite el enorme silencio que llenaba la habitación dando paso a las preguntas y respuestas-- dejen las mentiras, claramente sabremos lo que hacen ya que nos acordamos de todo-- dije una pequeña mentira  para que se intimidaran.

-Parece que hay un hombre aquí-- hablo mi padre mientras aplaudía fuertemente.

Jimin me miro de reojo algo asustado, el muy bien sabia que estaba mintiendo, solo asentí con mi cabeza y le señale la puerta para que saliéramos, aquel ambiente de esa pequeña habitación me torturaba.

»•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•.•«     

Ya estábamos todos reunidos en la amplia sala acogedora de esta casa. Los mayores estaban sentados mientras que Jimin y yo nos encontrábamos en un extremo de la habitación.

-Que quieren saber--- volvía a hablar mi padre tan tranquilo que fastidiaba. Tenia una amplia sonrisa pero unos ojos tan oscuros, su tono de voz y su cara no encajaban.

-Esa pregunta es estúpida-- Jimin bufo mientras apretaba sus puños y hacia una mueca-- hay una larga historia y tenemos todo el tiempo del mundo.

-Jimin por favor cálmate-- hablo su madre tan desconsiderada, como si se tratara de regañarlo.

Al ver su expresión no pude evitar que una ligera sonrisa saliera de mi, estuvo tan calmado que daba miedo, tal vez ya captaba que con golpes no arreglaríamos nada, al menos por el momento.

-Desde hace cuanto saben todo-- mi padre entrelazo sus dedos y bajo su cabeza mirando directamente sus pies.

-Padre usted no debe hacer las preguntas-- tome valor para hablar como lo hacia siempre con el.

-Esta bien entonces-- hizo una breve pausa mientras tomaba la mano de aquella mujer y la apretaba fuertemente-- Nos enamoramos unos años después del accidente del padre de Jimin-- ese fue su genial comienzo-- ambos habíamos perdido nuestras parejas así que nos refugiamos el uno en el otro, teníamos un hijo pero también deudas así que decidimos formalizar nuestra relación y casarnos-- beso la mano de la señora y la coloco luego en su pierna.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora