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Entendí hacia donde iba cuando el taxista me dijo que llegaría a España, al menos era un buen lugar.

Un viaje resumido en una palabra: A-BU-RRI-DO, ni siquiera lograba entender cómo es que mi suerte era tan mala como para que todas las personas que me encontraba en mi camino fuesen tan arrogantes.

Las calles eran bonitas, no me podía quejar por eso.

-Llegamos a su destino – indicó el hombre que conducía el taxi

-Gracias – bajé del auto y una mujer con cabello castaño y ojos verdes me recibió

-Buenos días señorita Rivera, me presento soy la directora del instituto, mi nombre es Daysi Arista

-Al menos alguien amable – le sonreí – Un gusto

-Bueno si gustas entrar

-Tengo que bajar mis maletas – indiqué señalando el taxi

-¿Dónde están? – me miró confundida y entendí su confusión cuando al voltear hacia el lugar donde se supone estaba el taxi se encontraba vacío

-Ay no, mierda, mierda, ¿en qué momento?, váyase el carajo – me quejaba con el taxista que claramente ya no podía escucharme pues el muy maldito se había fugado

-Señorita – me miró sorprendida

-¿Qué?, que no nota la gravedad del asunto, ¡se llevó mi maleta!, o mejor dicho ¡MIS MALETAS! – hablaba alterada

-Pero trae una en la mano

-Esta no me sirve de nada sólo trae maquillaje y dos pares de zapatos, lo demás se fue

-Tranquila, reportaremos el taxi

-Eso espero, vaya que recibimiento, ay pero gracias a Dios una maletera, podrías por favor llevar esto a mi habitación, no sé dónde este pero ya te digo

La directora se aclaró la garganta e hizo un gesto apenada

-Eh no Madison, ella es Whitney es como mi mano derecha aquí – dijo señalando a una chica pelirroja que recién se incorporaba a donde estábamos

-¿Y el maletero?

-Que mal educada – se refirió a mí la pelirroja

-Que metiche – rodee los ojos

-Chicas por favor, Madison te mostraré el lugar, ¿quieres?

-No quiero, pero no tengo de otra si no me perdería – me miró seria – Ay es una broma Daysi

-Respeto por favor – me indicó

-¿Señora directora Daysi? – ella solo rodó los ojos levemente

-Mira son seis edificios bastante grandes como puedes ver, son como pequeños hoteles, el edificio A y B son dormitorios de chicos está totalmente prohibido entrar a esos, porque tú eres una chica claro – señaló dos grandes estructuras que tenían la arquitectura similar al barroco.– Después está el de en medio que es el C en este hay gimnasio, alberca, y cafeterías, en el edificio D son los salones, y bueno los otros dos son dormitorios de mujeres, en donde claramente estarás tú, te corresponde el edificio F para ser exactas – me sonrió mientras caminábamos por el gran campus y me mostraba el lugar - ¿Te gusta?

-Bueno, para ser sincera está lindo pero no me gusta, ya sabe cómo cuando algo te gusta pero como que no es para ti – hablé sincera

-Te acostumbrarás- me sonrió – Ahora te llevo a tu dormitorio – se adelantó y yo la seguí sintiendo mil miradas sobre mí, ¡que fisgones! – Tu llave – me extendió una llave que marcaba el número 89

-¿Todos ellos se visten ig... - me detuve al notar que había un gran problema – Espere ¡¿Tengo que usar uniforme?! – dije con disgusto

-Ah sí, casi lo olvidaba el tuyo te lo llevarán no te preocupes

-Claro que me preocupo, es horrible el uniforme

-Debemos trabajar con tus modales

-Soy respetuosa – me coloqué la mano en el pecho haciéndome la ofendida

-No lo creo – negó – Mejor trabajaremos eso

Caminé de mala gana por el colegio, era grande pero era todo tan triste, mi atuendo rosado sin duda no encajaba con ese uniforme gris, era tan anticuado.

-Bien, es esta tu habitación

-Son muchas escaleras – me quejé

-Es que no se le da gusto en nada

-Si me traen masaje al cuarto, entonces si me daría gusto

-Sólo vaya a conocer a sus compañeras

-Encima tengo que socializar – hice una mueca de disgusto y abrí la puerta

-Hasta luego Madison – se despidió son una enorme sonrisa la directora

-Adiós Daysi – me despedí y me adentré

Seis ojos puestos en mí, nada agradable

-¿Qué? ¿Quieren un autógrafo mío? – rodee los ojos y caminé hacia la que supuse sería mi cama

-Hey no, esa es mi cama – una de ellas se quejó acostándose

-Entonces díganme cual es mía

-La del rincón – señaló una

Me dirigí de mala gana y dejé mi maleta

-Tu uniforme- me extendió unas prendas grises una de las chicas

-Déjalo por allá, voy a dormir

-¡Estás loca! Hay clases – me reclamó una – Por cierto me llamo Emily

-Te llamaré Emilia – le sonreí y ella me miró con disgusto

-En serio hay clases – se quejó una

- Y en serio no me importa, tengo jetlag

-Bueno, la cosa es esta deja tus actitudes arrogantes soy la encargada del dormitorio, la que hace que todo funcione como debe, me llamo Sara, ella es Emily no Emilia y finalmente ella es Amy, ahora que nos conoces te hago saber que debes cambiar tus actitudes, así que toma esa ropa y vamos a clases – la grandulona me hablaba en tono retante

No conocía lo suficiente el lugar y ya comenzaba a odiarlo

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Gracias por leerla!! <3 medio larguito porque ayer no actualicé, lo siento :c


Jugando a enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora