Jugando a enamorarte

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Día 15 *plan enamorar a Erick*: ya somos amigos

Caminaba como lo había hecho en estos últimos días y como de costumbre por los pasillos para encontrarme con Erick, estudiar era algo que era parte de nuestros días

Estaba a punto de hablarle pero decidí simplemente mirarlo, se encontraba viendo hacia el cielo como en busca de algo, el cielo se reflejaba a la perfección gracias al tono claro de sus ojos

-No me di cuenta cuando habías llegado – confesó cuando supuse sintió mi mirada en él

-Bueno, casi apenas – le sonreí - ¿Qué mirabas?

-El cielo

-¿Te gusta?

-Es misterioso, ya sabes con todas esas nubes y el lindo color que tiene

-Creo que es cierto

-¿Alguna vez has hecho todo lo posible por estar con alguien sin importar lastimar a otros? – cuestionó de pronto y recordé que justo era lo que yo estaba haciendo; estaba intentando enamorarlo para luego romperle el corazón y que la directora me odiara tanto que me echara de aquí para irme con Christopher, cosa que hoy en día me era complicada; pues al parecer Christopher ni siquiera se preocupaba por responder mis llamadas

-Sí – admití – Pero no sé si sea bueno

-Siento que eso estoy haciendo yo

-¿por qué?

-Mi madre quiere que me quede aquí, pero extraño a mi padre, estoy intentando irme de aquí, y se lo quiero decir a mi mamá, sé que le dolerá que yo me vaya porque dice que siempre preferí a mi papá antes que a ella, eso no es cierto, sin embargo creo que ella sentirá eso cuando se lo diga – suspiró y podía sentir su mirada penetrante en mí

-Creo que tu madre debe entender el hecho que tú te quieras ir de aquí, quiero decir, este lugar es un tanto aburrido sin ofender, también tienes derecho de ir con tu padre y estar con él al final de todo ambos son tus padres; el quererlos es algo que harás por igual y eso nada lo cambiará

-Tienes razón – me sonrió – Rayos eres tan buena con eso de los consejos

-Es un don – me encogí de hombros

-Bueno pero basta que hablar de mí, mejor tú cuéntame a quién extrañas – tragué saliva

-A un amigo

-¿Cómo se llama?

-Christopher

-Debe ser un gran amigo como para que lo extrañes tanto

-Sí, eso creo – tartamudee

-¿Te gusta? – su sonrisa se borró de su rostro y pude jurar que yo lucía tan patética; asustada y nerviosa.

-No – negué – Él no me gusta – creí estar mintiendo pero una parte de mi corazón decía que podría ser cierto, que quizá si ya no me gustaba

-Es bueno saber eso – su sonrisa apareció de nuevo en su rostro - ¿Vendrás el sábado a la fiesta en la piscina?

¿Erick invitándome a la piscina? ¿A mí?

-No lo sé Erick, sabes que no suelo ir

-De hecho nunca has venido

-Es que nadar no es mi fuerte

-Yo te enseño

-Seguramente ahí estará tu novia no quiero problemas

-Iremos como amigos ella no se molestará

No entendía por qué razón pero últimamente escuchar a Erick decir "sólo somos amigos" era una palabra que se sentía como una punzada en mi pecho.

-Lo pensaré – me acosté en el pasto y aventé mis cuadernos – Hace mucho que no veía el cielo – confesé mirando hacia arriba

-¿En serio? – Asentí - ¿Cómo cuánto?

-No lo sé cómo 2 años – logré ver como él se acostaba a mi lado

-Es muy bonito

-Lo sé – suspiré

Nos quedamos callados sin decir ninguna palabra, simplemente mirando el cielo, era una sensación demasiado buena; de hecho no se podía explicar tan fácil

-Oye – mencionó y lo miré - ¿Por qué decías que mis ojos eran de océano?

¿En serio aun lo recordaba? Ay Dios, trágame tierra.

-Es una tontería – negué

-Dime – instó

-No puedo creer que aún no lo olvides

-Es que eres la primera persona que me lo dice

-Ah...

-¿Me dirás?

-No lo creo

-Te haré cosquillas

-A mí no me amenaces Erick Brian

-¿Por qué no? – antes de poder hacer algo se abalanzó sobre mí haciéndome muchas cosquillas, entre tantas carcajadas se hacía un tanto difícil respirar

-Basta – decía mientras me retorcía en el piso – Erick... ya... por favor

-De acuerdo, de acuerdo – mencionó y se levantó – ¿Pero me dirás?

-Sí, pero por favor no me vuelvas a hacer cosquillas que las odio

-Te escucho – dudé en si decirle, era vergonzoso, cuando se lo dije recuerdo que lo dije sin pensarlo lo suficiente

-Bueno... pues te lo dije porque a pesar de que tus ojos no son azules, para mí son muy profundos, quiero decir que puedes... -se agachó quedando a la misma altura que yo y traté de no tartamudear a causa de los nervios, así que continué – Puedes mirarlos y perderte en ellos son claros y bonitos muestran a una persona tan buena de corazón, tus ojos son como el océano porque simplemente son hermosos como ver un paisaje de esos que puedes mirar por horas y horas y aún siguen siendo lindos – nos quedamos callados sin decir nada; tan sólo su rostro enfrente del mío y centímetros entre ambos    

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Uno más espero les este gustando mucho :') gracias por leerla en verdad <3