❤30❤

297 31 8
                                    

Tomé mi celular, llaves y unos auriculares, saldría a caminar, era lo único que necesitaba en estos momentos, un poco de paz.

Mi celular vibró de pronto marcando "número desconocido" sentí mi corazón palpitar a mil por hora, me imaginaba unos lindos ojos verdes detrás de aquella llamada, así que no lo dudé y respondí rápidamente.

-¿Erick? – solté sin dudarlo

-Christopher de hecho – se me heló la piel al escucharlo, sinceramente no lo esperaba, y es que sí lo pensamos bien era raro que Chris tuviera mi número porque era nuevo, y más tonto aún creer que Erick lo tendría

-¿Cómo conseguiste mi número?

-Le llamé a tu madre y me lo dio, raramente lo hizo porque ella me odia

-Oh...

-Madi ¿por qué te fuiste? Este internado apesta

¡Rayos! Christopher seguía allá casi lo olvidaba

-No creo que apeste tanto para ti pues prefieres estar con cuanta chica se te ponga enfrente y así se te olvida el aburrimiento

-No sé de qué hablas

-Ah no sé, quizá te suene algo como te vi besándote con una chica en la biblioteca, ahora entiendo porque tenías tanto que estudiar

Si Christopher pudiese ver mi rostro seguro ya hubiese salido corriendo

-¿Quién?

-Christopher, por favor, sólo admítelo, eres un mujeriego y eso no se te va a quitar nunca, no sé qué me hizo pensar que yo podría

-Madi, lo siento mucho

-¿Sólo llamaste para eso?

Se quedó callado del otro lado de la línea, pensé en decirle que le diera mi número a Erick, pero eso no era lo correcto.

-Bye – comenté y antes de escuchar respuesta terminé la llamada



*3 semanas después*

-¿Estás nerviosa?

-No – comenté sincera

-Madi, no lo arruines, esta escuela seguro es la indicada

-Ajá

-Bueno, como sea igual tienes que seguir estudiando, de buena o de mala gana como sea

-Sí – mi madre rodó los ojos ante mis contestaciones así que se dio por vencida y subió al auto

No había sabido nada de nadie, al parecer todos en el internado me habían olvidado y es que quizá yo era la principal causante de eso, me merecía el olvido de algunos, en especial de Erick.

-Llegamos – mi madre indicó luego de estacionarse en un instituto bastante grande – Ten un buen día

-Gracias – le sonreí y bajé del auto.

Cuando finalmente llegué al salón parecía que todo era tan aburrido, desearía volver atrás el tiempo, pero sucede que es verdad que comienzas a valorar todo cuando ya no lo tienes.

-Clase tenemos una alumna nueva – yo negué con mis manos y cabeza para intentar evitar que me pasara al frente – Pasa cariño preséntate

De mala gana me levanté de mi asiento y caminé hacia enfrente

-Me llamo

-¡Madison! – una voz masculina me sacó de mis pensamientos y me giré hacia la puerta para mirar esos ojos verdes que hacia tanto tiempo no miraba y que me daban mil años de vida

-¿Erick? – lo miré asombrada pero a la vez con una enorme sonrisa

-Jovencito salga del salón – un guardia lo jaló del brazo – Lo siento profesora se coló

Todos miraban confundidos la escena

-Necesitamos hablar – yo asentí

-Es su primer día y está en problemas señorita – la profesora amenazó – Vaya a la oficina del director

-¿Por qué?

-Por alterar el orden

-Ella no fue – Erick me defendió

-Que se vaya de aquí – el guardia jaloneaba a Erick

-Me voy con él – mencioné y abandoné el salón, tomé su mano y él la entrelazó con la mía, sentí que por primera vez mi mano encajaba con otra y no sólo eso, sino que mi corazón palpitaba tan fuerte que juré que todo este tiempo que me alejé de Erick quizá había dejado de latir.

-Los tendré que echar el colegio

-Ella no tiene la culpa

-También está alterando el orden – el guardia defendió su postura – Tendré que echarlos

-De acuerdo – le sonreí

-¿Qué haces? – Erick me susurró

-No quiero estar aquí – le confesé y me devolvió una sonrisa

Cuando el guardia nos llevó lejos de los salones habló

-Vayan a sus casas y reflexionen sus actos – asentimos y nos alejamos

Detuve su paso de Erick solo para abrazarlo, lo necesitaba tanto, era lo único que me mantenía en estos momentos y recordar su perfume era hermoso

-Erick te extrañé tanto – le confesé

-Leí tu carta

-¿y qué opinas? – hablé aun abrazándolo

-Que es hermosa – me soltó del abrazo y me miró a los ojos

-¿Cómo supiste que estaba aquí?, no entiendo, me alegra tanto esto, pero creí que no te volvería a ver

-Le dije a mi madre que te buscaría y bueno ella apoyó esto, creo que me vio tan mal que decidió ayudarme un poco en esto

-Erick – suspiré y le regalé una sonrisa – No quiero volver a alejarme

-Tienes que terminar la escuela

-Lo sé, pero no aquí

-¿Vendrás de nuevo al internado?

-¿Tienes otro plan?

-De hecho es el mismo, sólo que cuando salgamos de allí, quisiera que estudiáramos juntos otra cosa, ¿te parece?

-Sí – le sonreí – Lo que sea pero contigo – antes de que él mencionara otra cosa lo besé, sus labios seguían siendo los mismos para mí, esos que me encantaba besar, esos que sientes tuyos, estaba enamorada de Erick, él me había hecho olvidarme de mis miedos, y me tenía confianza, creía en mí, cosa que me hacía sentirme orgullosa, él era perfecto y me sentía afortunada por tenerlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 12, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Jugando a enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora