His girl.

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"¡Encantada John!"

John había pasado más o menos tres semanas encerrado en su habitación. Con su madre preparándole ese aceitoso caldo de pollo, su hermana dándole pastillas cada vez que respiraba y su padre asegurándose de que no saliera a la calle.

Cuando la fiebre paró y dejo de tener que levantarse en medio de la noche a vomitar, decidieron que podía volver a la escuela en unos días. Decidieron también que, como ya había pasado dos semanas sin compañía, que su mejor amigo podía venir a verlo.

Los días pasaron considerablemente más rápido con Alexander a su lado, en cierto modo era su mejor aliado.

Pero cuando la frase 'Tienes que conocer a mi novia' se metió súbitamente en la ecuación, su mundo paró.

¿Desde cuándo Alexander Hamilton tenía otra novia?

Es cierto que con la última no había tenido mucho éxito, pero tampoco era necesario que se diera tanta prisa.

Sus ojos analizaron a la nueva chica de Alexander. Su tez canela hacía juego con su cabello, marrón oscuro y rizado que le caí por los hombros y terminaba rozándole la cadera, sus ojos eran grandes y picarones y su sonrisa, empapada de orgullo y confianza, era preciosa.

Un jersey rosa la protegía del frío y su falda azul oscuro que se balanceaba por sobre sus rodillas le obsequiaba un aire juvenil.

El nombre de esta chica que parecía una mujer y hacía parecer a Alexander un viejo amargado era Angélica.

"Alex me ha hablado mucho sobre ti." Le dijo, animada en empezar una conversación.

"Alex suele hablar mucho de mí con cualquier persona." John replicó, sintiendo su ego hacerse tres veces más grande al saber que era uno de los temas principales de su Alexander.

"¡Hey!" Exclamó el susodicho, siendo ignorado por los otros dos.

"Siempre me ha cautivado la forma en cómo habla sobre las demás personas, en especial cómo habla sobre ti. Siempre tiene un tono diferente con la gente." Hablaba Angie, ya bastante absorta en la conversación.

Las finas cejas de John casi se fruncen ante el gesto de esa mujer. Angelica le comenzaba a parecer interesante, muchísimo más que esa tal... ¿Eliza? ¿Ellie? El nombre le interesaba muy poco, esa indefensa muchacha no podría competir ni con una simple piedra.

Angelica en cambio tenía el ego muy alto, y la confianza se desbordaba a mares cuando hablaba, John nunca había conocido una persona tan intrépida. Sin embargo, esto lo asustaba.

Se notaba que Alexander estaba igual o más interesado en la chica que él. Al parecer su fiereza le gustaba en cierta manera, una mujer fuerte, que no bajaba la cabeza nunca y era capaz de callar al más intimidante de los dictadores había captado su atención, y se veía que no tenía intención de dejarla en poco tiempo.

Esto hacía que su mundo se sacudiera agresivamente, la mayoría de novias que su Alexander tenía se iban en tres semanas, pero Angélica parecía decidida a quedarse. Eso estaba rotundamente mal.

John ya se las había arreglado para eliminar de la vida de su amado a Eliza, María, Molly, Rachell, Sally, Annie y Emy. Eran simples distracciones que trataban de meterle ideas románticas y cursis en la cabeza de su Alexander.

Eran personas que trataban de introducirse en su vida, que lo impulsaban a adentrarse a una vida nueva, llena de rosas y serenatas y besos a la media noche. Una vida donde él no estaba incluído. Eso no podía pasarle.

Angelica le resultaba, por primera vez, una rival de clase. Pero tenía claro que Alexander terminaría por dejarla. Al final, él era todo lo que Alexander tenía en su vida. Al final, lo elegiría a él por sobre cualquier novia temporal. Al final, lo querría por toda la vida.

Aún así, esa mujer le parecía algo bueno con lo que pasar el rato.

...

Contrario a lo que pensaban, Angélica logró amoldarse a su dúo rápidamente. Se convirtió en el electrón que conformaban ese átomo tan extraño que era su amistad.

Pero era simplemente eso, un electrón. El de carga negativa, el menos importante, el que nunca formó ni formaría parte del núcleo atómico.

Porque para John así eran las cosas, su Alexander compartía la vida entera con él y se negaba a que alguien quisiera cambiar su destino. Defendería lo que tenían hasta que consiguiera otra cosa.

Porque Alexander lo iba a amar tarde o temprano, no importa cuantas novias tuviera, o cuánto se negara, era un hecho que no podía cambiar aunque quisiera, y John iba a defender ese hecho costara lo que costara.

Alexander era suyo, sin importar si tenía que dar su vida para conseguirlo.

...

Aquí John es medio Yandere porque se me da la gana :v de paso me taggearon y estoy sufriendo alv.

No me salen las requests pero bueno no hay muchas—

Feliz navidad o lo que sea¿?

[cancelada]Where stories live. Discover now