Alexander levantó la cara de su libro, mirando a su novio fijamente. Vio sus labios moverse, aunque no le tomó importancia.
John frunció el seño y, alzando la mano, separó un mechón de pelo de su cara, dejando al descubierto sus auriculares. Suspiró y se los quitó, ganando un quejido de Alex.
— ¿Qué estabas diciendo?
John suspiró, quizá no era tan buena idea. No, era muy tarde para echarse atrás, además, todo iba a terminar bien.
— Quiero que conozcas a mi familia.
Mala idea, mala idea, mala idea, mala idea.
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•Abrió lentamente la puerta de su casa, rogando a cualquier dios habido y por haber que esto saliera bien, le había pedido a sus hermanos que fueran normales por una vez en su vida, y rogó una vez más para que lo escucharan.
Apenas abrió la puerta, escuchó el grito de Martha.
— ¡MAMÁ! ¡JAMES SE PINTÓ EL PELO Y TIENE UN JODIDO TATUAJE!
John sólo atinó a poner su cara de "Ay no, ya van a empezar."
Alex miró alrededor en confusión, obvio, no había pasado ni un día en esa casa, si hubieran invitado a Hércules, por ejemplo, él no se hubiera sorprendido.
Escuchó la voz de su padre, y por un segundo, creyó que iba a reprochar a su hermano menor.
— Asombroso. ¿Puedo verlo?
Escuchó a su madre soltar un quejido, claramente molesta.
John suspiró, sólo tenía que llegar a salvó a su habitación, y podría tener a Alexander sólo para él, al menos hasta la cena.
Pero no, Alexander tuvo la maravillosa idea de ir a buscar algo de comer en su nevera. Oh, pobre inocente Alexander.
Corrió escaleras abajo otra vez, desesperado por tomar a su novio de la mano y arrastrarlo hacia su cuarto, o como él lo llamaba, la salvación.
Cuando lo encontró, Alexander estaba sentado en el sillón, mordiendo una manzana, admirando la discusión.
— Me ha dicho es es gay.—Escuchó decir vagamente a su madre, y inmediatamente supo que su padre no estaba prestando atención en absoluto.
— ¿Y cuál? Todos tienen el potencial...—Respondió este, mirando a cada uno de reojo y luego a mamá.
— OH, ESO OFENDE.
— WOW, GRACIAS PAPÁ.
— JÓDANSE.
— LENGUAJE. —Resonó la voz de su madre.
John gruñó antes de arrastrar a Alex al segundo piso, Alexander se quejó un par de veces, pero no le hizo caso.
Vagamente le escuchó decir que vendría a visitarlo más seguido antes de acorrarlarlo contra la puerta de su habitación y empezar a quitarse la ropa.
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•— ¡DEMONIOS JAMES, DEJA DE TOMAR MI PUTA CHAQUETA!
— ¡YO NO TENGO TU JODIDA CHAQUETA! ¡VETE A FOLLAR CON TU NOVIO! —Le gritó en respuesta su hermano desde la segunda planta.
— ¡NO SE DICEN GROSERÍAS EN ESTA CASA POR EL AMOR DE DIOS!—Vociferó su madre, saliendo de la cocina, espátula en mano y lista para golpear a uno de sus hijos.
— MAMÁ, MARTHA SE ESTÁ COMIENDO TODOS MIS CARAMELOS, CREO QUE ESTÁ EMBARAZADA.
— ¡CÁLLATE! ¡NO LO ENTIENDES! ¡SACARON A THE WALKING DEAD DE NETFLIX!—Oyó sollozar a su hermana, y luego resonó el sonido de un disparo.