✓ Capítulo 10

58 6 0
                                    

Entre las miles de hadas en la aldea mágica alrededor del Gran Árbol, un par de hermanas viven junto a una niña que creció mucho desde aquel día en que la mirada de la reina Cloe se posó en ella, esa mirada compasiva acompaña su conexión con el Árbol, con la magia más poderosa de todas. Ella fue elegida para mantener en control el poder en sus manos. Desde que tomó el liderazgo de la aldea el rumbo de la vida de las hadas ha sido tan cotidiana que a algunos enferma, día a día, tan iguales los amaneceres y los anocheceres que a veces se pierde la noción del tiempo, pero era justamente así de maravilloso que debía ser. La princesa Clei, suele estar la mayor parte de su vida intentado salirse de la rutina tan abrumadora, el orden y las reglas no están entre sus gustos, cualquier hada sobre la tierra lo sabe, pero lamentablemente siempre vuelve a seguir las órdenes de su hermana mayor. En definitiva los últimos años pasaron bastante rápidos, la niña pelimorada apoya a la princesa en quebrantar un poco las reglas en secreto, se divierte jugando en el bosque solitario y silencioso mientras alegra los momentos que pasa con los demás.

El hada de cabellos azabache que porta la corona, en la mañana despierta temprano debido a una intensa luz reflejándose frente a ella, al abrir los ojos descartó la idea de que eran los rayos del sol que se colaban por la ventana de su habitación. El brillo provenía de su bastón, aquel hecho con la magia más pura, de un sutil color casi transparente como el del agua, que brillaba de una forma que solo ella podía entender, el Centro Mágico le decía algo que solo sus agudos sentidos podían percibir y era el día de descubrirlo.

Luego de llamar a la pequeña de cabellos morados, juntas caminan a una habitación de las tantas que hay en el Gran Árbol, pero que a diferencia de las demás, en esa no todas las hadas pueden entrar por protección a lo que allí se haya.

—Gema —Llama con dulzura mientras espera que esta voltee a su dirección, está muy entretenida con una pintura colgada en la pared oscura—, no era eso lo que quería mostrarte —Le sonríe con ternura—. Ven conmigo —La niña se gira apenada, suele distraerse con facilidad.

La menor intenta arreglar su vestido, alisando la fina tela con las palmas de sus blancas manos y luego ambas continúan hasta llegar a lo que verdaderamente quería mostrarle Cloe.

—Hace frío aquí —Gema se percata rápidamente del cambio de temperatura al haber entrado en la amplia y vacía habitación—. ¿Qué es eso? —Señala sin acercarse demasiado, en sus pupilas de peculiar color se refleja el intenso brillo proveniente de un pozo, incluso los sonidos producen un extraño eco. Frente a ellas hay chispas de color dorado flotando sobre lo que parecía una fuente, jamás había visto o sentido algo así.

Una energía la impulsa a acercarse pero también tiene miedo de hacerlo.

Gema a pesar de estar sorprendida, toma valor para continuar avanzando al lado de la reina, mira hacia el pozo y en el agua cristalina que se mueve en círculos se refleja su rostro. Es impresionante como aquello estaba dentro del Gran Árbol y hasta ahora es que sabe de su existencia. Es un espejo de huracán contenido en un profundo pozo de madera, la sensación en su cuerpo es helada, desconocida.

—Este es el origen del Centro Mágico —Dice el hada de piel morena con su cabello atado en un peinado elegante—, no tengas miedo de lo que te hace sentir, es imponente, quiere conocerte y es paralizante, pero no quiere hacerte daño, quiere asegurarse de que no seas un daño para él.

Gema asiente sin quitarle la mirada al agua que se movía en espiral algo hipnotizante, jamás las palabras de alguien habían descrito tan bien como se sentía, aún el frío recorría sus pálidos brazos.

—De aquí sale la magia de las hadas —Habla a unos cuantos pasos del pozo—, llegamos de él, nos vamos con él, vivimos con un pedazo de su existencia, la magia nos elije, nacimos para cumplir un rol en la tierra. Cada hada expresa de manera diferente lo que el Centro Mágico nos da. Es tan puro en belleza, tan frágil que, no cualquiera puede estar a su alrededor, una pureza tan grande que contiene tanto poder debe ser protegida.

Gema, el hada especial © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora