Por estás páginas transitan emociones fuertes que desequilibra a quienes las sienten. El terror al abandono y la incertidumbre que genera en una mujer llegar a los cuarenta años y tener que armar su vida nuevamente. La confusión que se debate entre dos mujeres sin poder optar por el amor o la pasión. El sufrimiento de una mujer mayor ante la pérdida de su esposo y la imposibilidad de superarla, un sentimiento que la condena a un duelo eterno. Una joven homosexual que se ve obligada a callar lo que todos saben y a negar su verdadero ser por temor al rechazo familiar. La fortaleza de una adolecentes que pelea una enfermedad terminal y que decide apostar a la vida. Celos tan inmanejables que le impiden a un hombre joven, inteligente y culto llevar adelante una relación afectiva sana y que, en realidad, son el producto de una dolorosa historia infantil. Una mujer joven con problemas sexuales que esconde una vivencia trágica sufrida en su pubertad. Y la culpa, ese afecto eternamente presente en todos que, en este caso, le imposibilita a un hombre realizar plenamente su vocación.
Celos, duelo, culpa, amor, pasión, angustia, estados de crisis y actitudes perversas. La vida y la muerte. Pero, sobre todas las cosas, el deseo de luchar y la valentía de personas que decidieron ir en busca de su verdad para poner fin a tanto padecimiento.