Niall Horan es un hombre de pocas palabras, pude notarlo. Piensa que con decir una palabra, yo por arte de magia voy a adivinar lo que quiere decir.
Seque mi cuerpo. Aplique crema por todo mi cuerpo. Después me puse el vestido, me quedo perfecto.
- ¿_____ podrías pasarme el traje que esta sobre la cama? –miré. Ahí estaba adentro de una bolsa plástica, acomodado delicadamente sobre un gancho. Me acerque a la puerta del baño.
-
- Qué bonito te ves así de amable –se lo entregué. Rodeo los ojos y cerró la puerta. Al parecer esta era una fiesta muy elegante.
Seque mi cabello y agradecí esa ves que mi madre me hizo tomar clases de maquillaje y peinado, ahora lo pondré en práctica.
Aplique perfume y coloque mis tacones. Termine mi peinado y me mire. Estoy hermosa. Llevaba una trenza estilo cascada con ondulaciones y un vestido negro escotado.
Niall salió del baño y lo mire preocupada. No sé por qué pero enserio me preocupa lo que el piense de mí. Puede llegar a preocuparme más lo que el piense de mí, que lo que cualquier otra persona. Y…no sé por qué.
Se quedó mirándome. Sin ninguna expresión en su rostro. De pies a cabeza.
- ¿y bien? ¿Cómo me veo?
- Hermosa –sonreí abiertamente y enseguida me miro serio–. Quise decir, te ves bien
- ¿solo bien? –asintió–. Dime que me veo hermosa, anda
- Te ves…bien –evadió la mirada. Puse mis manos sobre el vestido apretándolo.
- Dime que me veo hermosa o me deshago de él ahora mismo –estaba a punto de jalar el vestido.
- ¡no! Te ves hermosa, muy hermosa. Si no te conociera pagaría por ti
- ¿eso debo tomarlo como ofensa o cumplido?
- Un poco de ambas –lo mire sarcástica.
- Tú también te ves bien –me ignoro. Tan elegante.
Niall le pago una gran cantidad al dueño del motel para que tuviera la consideración de cuidar la recamara donde Niall y yo estábamos.
Nos subimos a la camioneta y arranco.
- Escucha. El Sr. Miller y su esposa son personas altamente elegantes, ricas y poderosas. Tienes que ser muy atenta _____. Tienes que seguirme la corriente en todo lo que te diga y hacer lo que te diga sin renegar. Tu objetivo es conseguir las llaves de su casa ¿lo tienes? –asentí, procesando todas sus palabras–. Correcto. Tienen una hija, bastante fastidiosa por cierto. Se llama Rachel, la reconocerás por su cabello rojo extremadamente llamativo. Estoy seguro que la tendré conmigo todo el tiempo, mientras tu seduces a Yasir Miller –trague pesado.
- ¿Cuántos años tiene el hombre? –Niall sonrió.
- 40, cuando mucho. Te enseñaría una foto pero no conservo fotos de mis enemigos.
- ¿si es tu enemigo porque te invito a la fiesta?
- Porque no sabe que yo sé que me robo millones, el muy cabrón. Mi familia y la de él son íntimas. Mi padre y el son amigos de negocios. Imagínate, tanto, que me quieren montar a Rachel –carcajee levemente y él me fulmino con la mirada.
- Otra vez me estás matando con tus rayos laser –bromee.
- Da gracias que no los tengo
- Gracias
