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Capitulo 1 

A veces me gustaría poder salvarte.

Suran soltó una maldición mientras se tambaleaba a la cocina para apagar el horno, por más que lo intentara ese lugar definitivamente no era lo suyo, ni siquiera podía preparar un sándwich sin lastimarse el dedo o quemar algo. “Pensé que era imposible quemar todo al preparar eso” le dijo Yoongi la primera vez que ocurrió un incidente, solo que no fue en esa misma casa, fue en uno de los apartamentos del campus “sucede cuando quieres derretir el queso” le contestó ofendida cruzando los brazos al nivel del pecho. Ya habían pasado unos cuantos años y Yoongi ya no era su novio, era su esposo, no vivían en el campus sino en una gran casa ubicada en Seúl. 

La chica soltó un suspiro cuando vio que el antes jugoso y prometedor pato estaba ahora totalmente arruinado.

Abrió las ventanas para que el humo saliera y no activara el detector de incendios, luego se puso frente al plato para contemplar sus posibilidades, esa noche era su aniversario y ella insistió en tener una rica cena en casa y por Dios que iban a tener una rica…no, suculenta cena en casa.

— ¿Moon Grill? — estaba sentada frente a la laptop con el teléfono en la mano — ¿Hacen entrega a domicilio?... es una emergencia señor… le pago lo que sea… ¿Si?... genial… no, no está muy lejos… sí, el Lomito Strogonoff estará bien… perfecto — colgó con una gran sonrisa en el rostro. 30 minutos era buen tiempo, se supone que Yoongi no llegaba aún, eso le daba tiempo para acomodar la mesa, cambiarse de ropa y que el olor a quemado se esfumara. 

La comida tardó justamente el tiempo que le informaron, pagó en efectivo y se dispuso a acomodar toda la mesa y desaparecer la evidencia, todo eso sin manchar su vestido rojo rubí. Estaba terminando de acomodar todo cuando escuchó el auto de su marido aparcar en el garaje.

Yoongi se bajó del coche con un ramo de flores y un paquete envuelto en papel de colores que adentro tenía una linda gargantilla roja, si conocía bien a Suran y vaya que sí la conocía, seguramente tenía puesto el vestido que compró hace un par de semanas.

Sonrió caminando hasta la entrada, la cocina debía ser un desastre, sinceramente, estaba sorprendido de que los bomberos no estuvieran afuera. Cuando entró un olor exquisito nubló sus sentidos, frunció el ceño y verificó la puerta para estar seguro de que entraba a la casa correcta.

— Feliz aniversario — anunció su esposa con una gran sonrisa y una copa en cada mano. Su cabello castaño caía en cascada sobre sus delgados hombros, era la mujer más bella del mundo y él la tenía ahí, en su casa. 

— Feliz aniversario — respondió. Acercó las flores a su rostro para que las oliera y se sintió complacido cuando la escuchó suspirar, las dejó a un lado y tomó la copa. Brindaron sin dejar de verse a los ojos pero solo uno de los dos bebió del vino, luego se dieron un tierno beso — para ti — anunció poniendo en su mano el regalo, ella lo abrió emocionada y rió feliz cuando vio lo que era.

— Sabías que me iba a poner este vestido — adoraba que la conociera tan bien, aunque odiaba ser tan transparente.

— Lo sabía — afirmó tomando la gargantilla para ponerla en su delicado cuello. Le dio otro beso y jaló la silla para que se sentara, luego él hizo lo mismo — esto se ve delicioso.

— Gracias.

— ¿Dónde lo compraste?

— ¿Qué? preguntó ofendida — Min Yoongi, ¿Cómo se te ocurre pensar eso de mi? es que me ofende que… — su voz fue disminuyendo gracias a la presión que hacían los ojos cafés de su esposo, era como si tuviera rayos X el muy malvado. — en Moon Grill — murmuró aceptando su derrota, como respuesta obtuvo una gran carcajada, esas que le hacían llorar. Bien, pues a ella no le hacía ninguna gracia.

You can't break a broken heart • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora