You can't break a broken heart • Yoonmin

XI

Capítulo 11

Nada de lo que tengo es realmente mío.

Jimin había olvidado por completo que tenía cita con el Dr. Lee, solía pasar bastante tiempo en la clínica cuando iba a consulta, Minho se preocupaba por revisar cada detalle y hacerle un interrogatorio exhaustivo sobre sus actividades, su alimentación y el tratamiento. Normalmente no se quejaba, cinco años fueron suficientes para acostumbrarse pero es que en esas oportunidades no había un hombre guapo esperándolo para ayudarle a resolver ejercicios de matemática.

— ¿Puedes quedarte quieto? — gruñó el médico, estaba usando el estetoscopio para escuchar su respiración.

— ¿Falta mucho?

— Falta lo que tenga que faltar y si insistes en hacerme el trabajo más difícil, haré que te quedes aquí el resto del día — Jimin abrió los ojos espantado y optó por quedarse tranquilo.

Minho fue el tercer médico al que su madre lo llevó cuando sufrió su primer ataque, de todos fue el que de verdad le dio confianza y se mostró dispuesto a hacer todo lo posible por la salud de Jimin. El rubio vio como la amistad entre ellos crecía día a día, una vez hasta sintió celos pensando que el hombre iba a ocupar el lugar que su padre había dejado, quizás si Chaerin no hubiese estado tan concentrada en él y su enfermedad se habría dado el tiempo necesario para que sucediera.

Cuando terminó de examinarlo fueron a la entrada del consultorio donde Hyunsik los estaba esperando, Jimin sabía que el hombre odiaba los hospitales, el hecho de que estuviera allí era una señal de que su madre había elegido bien a la persona que quedaría a cargo de la casa en su ausencia.

— ¿Te estás tomando las pastillas, Jimin? — preguntó Minho acomodándose en su silla, por el tono era evidente que sospechaba la respuesta. Jimin le aclaró que sí se las estaba tomando pero que quizás estaba siendo un poquitito descuidado en el horario — ¿Qué tan poquitito? ¿Cada cuántas horas te las tomas?

— ¿Cuándo me acuerdo?

— ¡JIMIN! — el rubio pegó un saltito en la silla, lo último que se esperaba era semejante grito por parte de su tío.

— ¡Me las tomo todos los días! — se defendió — Es solo que unas veces cada 8 horas, otras se me pasan y llega a 10 o puede que más, pero me las tomo.

Hyunsik apretó los puños y concentró toda su atención en Minho — ¿Tiene algún problema? — inquirió, iba a matar a Jimin con sus propias manos si tenía una recaída.

— Yo no lo llamaría problema pero para alguien a quien le gusta hacer ejercicio debería ser más estricto. Le sentí las pulsaciones un poco aceleradas, claro que también puede ser por su desespero en irse — Jimin rodó los ojos, lo último que necesitaba era que alguien pusiera en alerta a Hyunsik, no sin antes definir lo que sea que tenga con Yoongi — vamos a poner un horario fijo para las pastillas Jimin, así nos evitamos que estés contando las horas, es importante que no dejes de tomártelas, estás bien, tu corazón está bien pero parte de eso se debe a ellas, recuerdalo. Tienes que cuidarte. 

Tal y como lo sospechó, el viaje de ida estuvo lleno de protestas por parte de Hyunsik, él solía ser bastante relajado con la mayoría de las normas, no ponía muchas reglas pero cuando pensaba que las cosas se le estaban saliendo de las manos podía ser un poco pesado. No se quedó tranquilo hasta que Jimin le juró que iba a ser más responsable con el tratamiento. 

Llegaron a la casa justo a tiempo, Yoongi y Joo ya habían terminado las clases de piano. Hyunsik comenzó a hablar con Yoongi sobre lo bien que iba Joohyun, lo difícil que había sido encontrar un profesor y otras cosas más que ni siquiera iban al cuento. Yoongi respondía con agrado pero no podía evitar dirigir su mirada a Jimin constantemente, el rubio estaba apoyado en la baranda de la escalera con los brazos cruzados y un puchero en su rostro, en cualquier momento iba a llorar de pura frustración pero su adorada y bien ponderada hermana llegó al rescate jalando a su tío del brazo para que la ayudara a cambiar el bombillo de su cuarto porque se había roto de forma sospechosa.