Sueño.

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-Lyhn, ahg nunca quise tener una hija. Ella es un error ¿Cuándo te la vas a llevar?- Escucho susurros de algún lugar afuera. Las palabras se sienten como una puñalada en el pecho.

-No lo sé. Espera a que cumpla los 18- Rio. Era definitivo, se trataba de una mujer. De mi madre y mi tía An.

-Es demasiado tiempo, me largo- Mis ojos arden por las lágrimas que retengo. El sonido de un auto alejarse me alarma. De inmediato corra a la ventana.

-¡Mama, no me dejes!- Caigo de la ventana y todo se hace oscuro.

Un sueño, solo es eso. Despierto sudando, con mi respiración a mil. Voy al baño, me cepillo los dientes, tomó una ducha y luego me visto. Paso por el espejo para peinar mi largo cabello rojo, pero los recuerdos me golpean así que voy a mi cama y saco una linda caja color lavanda que me regalo mi mejor amiga antes de morir, aun la recuerdo, <<Laura te extraño>> Tomo una cuchilla pequeña y la paso sobre mi muñeca recordando a mi madre dejando me sola con mi tía An, las cosas que tengo que escuchar todos los días y no paro.

Uno.

Dos.

Tres cortes, siento una punzada en mi brazo cuando la sangre comienza a bajar por él, luego abro la llave de la ducha y coloco mi muñeca justo donde están las cortadas bajo el agua, duele esa sensación, una sensación muy desagradable, pero nada comparada a la de mi madre dejándome en este infierno, cuando mi padre murió.

Tomo mi mochila y voy a la escuela, rezando por que no esté Valentine. Esos malditos ojos azules que tanto me aterrorizan. Llego a mi primera clase: Algebra avanzada. Cruzo los dedos, pero de nada sirve que ruegue. Entro a la clase y ahí estaba sentada, con las piernas cruzadas y sus delgadas, pero fuertes manos sostenían un libro ¿un libro? pienso y voy a sentarme, pero luego me doy cuenta de para quien es el libro.

-Toma, pagina 5, ejercicios de suma de polinomios- Me entrega el libro, y se va casi golpeándome con su largo cabello rubio. No recuerdo la última vez que le dije que no. Me llevo al gimnasio de la escuela y todas las chicas de la clase me golpearon con balones de basquetbol. Tomo el libro reprimiendo ese amargo recuerdo y transcribo la tarea que yo ya había solucionado en mi libro.

La clase de álgebra se me hizo muy fácil, simplificación de fracciones algebraicas. Salgo del salón y Valentine me sigue.

-¿Mi tarea de Lenguaje?- No puede ser, la olvide.

-La olvide, lo... Lo siento-Arrastro las palabras con dificultad, tan suave que creí que ella no lo había escuchado. Tomo mi cabello con sus largas uñas y me golpeo contra los casilleros repetidamente. Siento que se detiene y tomo mi cabeza mientras trato de ver por qué se detuvo. Era mi mejor amigo Edward.

-¡Ya para! La vas a matar-Él le sostiene de los brazos mientras yo retrocedo arrastrándome.

-Ya, suéltame- Una maestra se acerca y Edward se va. Valentine me empuja dentro de los baños. De nuevo sola. Valla amigo tengo, después de un rato entra una chica muy linda de cabello dorado y ojos miel me ve en el suelo.

-Ayúdame- Prácticamente tosí las palabras. Me duele cada parte de mi cuerpo.

-Ammm... Espera un poco, voy por ayuda-Puedo notar el nerviosismo en su tono <<¿Tan mal esta?>> Luego de un rato regresa con un chico: Ojos marrones tan penetrantes que siento que irrumpe en mi de repente, Es..... Realmente hermoso.

-¿Que te sucedió?- Casi no pedo procesar sus palabras.

-Me golpee, nada más-Ellos me miran. Sé que es bastante evidente que no puede hacerme esto yo sola. Ni por muy tonta que fuera.

-No somos idiotas, que te sucedió realmente, tu cabeza está sangrando- La chica trata de ayudarme a levantar.

-¿A dónde me llevaran?-Él sonríe.

-A la enfermería...-Se detiene esperando a que yo diga mi nombre.

-Lyhn-digo simple, pero sintiendo que balbuceó. Él es realmente atractivo.

-Sebastian, vamos-Coloca mi brazo alrededor de su cuello y luego la chica hace lo mismo.

-Soy Lila-Parece incomoda, por el momento...

-Es un gusto conocerte Lila- Ella es realmente hermosa; A pesar de que usa lentes, eso solo hace que sus ojos se vean mucho más brillantes.

-El placer es mío Lyhn-Sonríe con aprobación. Tal vez la golpista tuvo un punto bueno. Me llevan a la enfermería y Lila se va, dejando me con.... Sebastian.

-¿Me vas a decir quién te hizo esto?-Sus ojos se pasean sobre mi cuerpo y me sonrojo.

-Ya no importa- Digo recordando la sensación de mi cabeza al golpear los casilleros. Eso no duele tanto como Edward dejándome sola. Otra vez.

-Sí importa- Mi corazón da un vuelco con sus palabras- Si me importa. No quiero que.... Que te hagan daño.- ¿¡Que!? Apenas me conoce y no quiere que me hagan daño. Tal vez estoy alucinando.

-Solo me golpearon contra los casilleros...

-¿Y nadie te ayudo?-Me interrumpe ¿Realmente le importa?

-Mi mejor amigo me ayudo, pero se fue-El tensa la mandíbula con desprecio.

-Valla mejor amigo- <<Eso pensé>>  La enfermera entra y él se levanta casi de inmediato.

-¿¡Que te sucedió!?- Su rostro esta en blanco. Esta pasmada, siento un poco de sangre resbalar por mi frente.

-Me golpee, nada más- Doy un  gemido de dolor al moverme en la camilla.

La enfermera limpia mis heridas.

-Regreso en un momento. Iré por la planilla para que firmes que te atendí- Sale de la habitación dejándome sola con  él. Aunque de cierto modo me siento más protegida de esta manera. Solo con él.

My sweet darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora