Capítulo 6: "A Solas"

1.1K 85 28
                                    


Luego del enfrentamiento con Blaine, ambos dejamos de cruzar palabras. Ninguno estaba dispuesto a dar su brazo a torcer y yo no podía dejar de bajar todas las noches a las 3 am de forma puntual, para ver cómo él hacía lo mismo, escondido a la distancia.

Una semana pasó antes de que alguno de los dos le dirigiera la palabra al otro, hasta esa tarde en que decidí invitar a Finn a casa para ver una película.

Habíamos planeado algo así como una cita, aunque Finn no lo veía así. Pero, quizá esto le ayudara con su confesión, puesto que desde que me había comentado que le gustaba alguien, no me ha dicho absolutamente nada más y me niego rotundamente a creer que se trataba de alguien más que no fuera yo.

- Siéntete como en casa – dije, entrando junto con Finn a la sala, que gracias a Dios, se encontraba vacía. Papá en el taller, Alice seguramente de compras y Blaine... en sus clubes, o planeando su discurso como presidente de la clase.

- ¿Qué película vamos a ver? – preguntó él, quitándose la chaqueta y acomodándose en el sofá.

- No lo sé, escoge alguna que te guste. Iré por palomitas – sugerí, encaminándome hacia la cocina.

Optamos por ver "Avengers", aunque no fuera de mi agrado, eso no importaba con tal de tener a Finn contento.

Mientras estábamos acurrucados en el sofá, él comenzó a juguetear con mi cabello, haciéndome delirar con su suave tacto. Yo me mantuve tan quieto como pude, para no perturbar el dulce ritmo de sus caricias. De vez en cuando le veía tomar una que otra palomita por el rabillo del ojo. Poco a poco, fue descendiendo hasta mi oreja, acariciando el lóbulo de esta. Disimuladamente me volteé a mirarle y me sorprendió hallar sus ojos fijos en mí. Una corriente eléctrica me atravesó el cuerpo de punta a punta. Él me miraba intensamente, y yo había quedado prendado de esta, hipnotizado con sus ojos claros.

Su mano no se detuvo, a pesar de que ambos estábamos teniendo una guerra de miradas. La película quedó en el olvido, mientras nuestros ojos se perdían en los del otro, por una cantidad indeterminada de tiempo. No había minutos ni segundos... Sólo existíamos los dos. Sentí que su vista se centraba en mi boca, haciéndome recordar a un húmedo chico de cabello azabache y rizado, goteando leche tibia sobre mi pijama. Entonces, unos deseos enormes de besarlo se apoderaron de mí, y sin miramientos, tomé la iniciativa de acercarme a su boca.

- ¡Mamá, estoy en casa! – gritó una voz familiar, haciéndome pegar un brinco a cinco milímetros de la boca de Finn. Retrocedí como electrocutado por él y volteé mi mirada al recién llegado para fulminarlo con ella – Oh, hola Finn... No sabía que estabas aquí... - ¡claro, y a mí ni los buenos días!

- Sí, em... Kurt me invitó a ver una película, pero creo que ya se me hizo tarde – comenzó a ponerse de pie, sin mirarme y con la cara enrojecida de vergüenza.

- No, no tienes porqué irte – me apresuré en decir, pero él ya iba a medio camino hacia la puerta, poniéndose la chaqueta rápidamente.

- En serio, no puedo quedarme, Kurt... - miró a Blaine y chocaron los puños con familiaridad – Nos vemos mañana – murmuró y desapareció junto con un portazo.

Tratando de no enloquecer, tomé una almohada del sofá y estampé mi rostro contra ella, gritando con todas mis fuerzas. Necesitaba sacar toda mi frustración y el almohadón contenía a la perfección el ruido. Sabía que a dos metros, Blaine me estaba mirando como si yo hubiera enloquecido, pero no podía importarme menos.

Love Fool [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora