Capítulo 1: "Casa Llena"

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Es increíble como ya han pasado tres meses desde que papá conoció a Alice. Como hasta la fecha no nos hemos conocido, mi padre la ha invitado a cenar con nosotros. Por supuesto, seré yo quien la encante con mis habilidades culinarias, puesto que soy el único que sabe cocinar en casa. Mi padre ha estado demasiado emocionado al respecto; cada vez que regresa de una de sus citas con ella, me recalca que es la indicada, porque su corazón se lo dice.

Me centré en preparar la mejor receta del libro que compré hace algunos años, decoré la mesa poniendo servilletas de tela blanca dentro de las copas. Incluí un hermoso jarrón de flores en el centro y ajusté milimétricamente los cubiertos. Suertudo mi padre de que aún esté en vacaciones, aunque sólo me quedan un par de semanas para ayudarle con estas cosas.

- ¿Y? – mi padre apareció en el comedor caminando con paso pesado - ¿Qué tal me veo? – lo escruté con la mirada; llevaba el traje gris que le había recomendado, la camisa azul se veía bastante bien, pero la corbata definitivamente no pegaba con el resto del conjunto. Me acerqué a él y se la quité rápidamente - ¡Hey! – masculló.

- Mucho mejor – le desabotone el primer botón y acomodé el cuello con destreza - ¿A qué hora vendrá Alice?

- En menos de diez minutos – el nerviosismo se sentía en su voz.

- Bien, me iré a cambiar, y de paso tendrán un tiempo a solas – le giñé el ojo y besé su mejilla en señal de suerte – Bastante tiempo en realidad, si consideras lo que tardo en vestirme... - añadí.

- Sólo... no te enloquezcas – me advirtió – Ponte algo sobrio.

Le resté importancia a su comentario, puesto que era sabido que yo poseo un exquisito gusto por la moda. Tengo mis sentidos agudizados cuando de vestirse se trata. Así soy yo y no pretendo mostrarle algo diferente a la novia de papá. Ella debe conocerme tal como soy, y no como mi padre pretende mostrarme. Y no es que él se avergüence de mi forma de ser, pero mis atrevidos atuendos lo hacen volverse un poco loco a veces; como aquella ocasión en que llegué a casa vestido de animador y casi se infarta creyendo que tendría que llevar falda. Tardé horas explicándole que también participan chicos en los animadores, aunque por lo general terminan en la base de la pirámide, pero que de ninguna manera llevaban falda como las chicas. Al principio estuvo reticente, pero viéndome a diario con el uniforme rojo y blanco, se sintió tranquilo.

Aunque, yo no puedo sentirme ni siquiera un poco en igualdad de condiciones con los otros chicos de los Cheerios, básicamente porque Sue Silvester me adora y ha hecho de mí el centro del show. No pretendo presumir, pero canto, y lo hago muy bien; y junto a mi amiga Mercedes logramos estar siempre en medio del espectáculo, haciendo que nuestro equipo logre ganar siempre todos los trofeos.

Me vestí rápidamente, y al cabo de veinte minutos estaba listo. Bajé las escaleras, recibiendo la aprobación de mi padre, quien levantó su pulgar y sonrió. Alice ya estaba en casa, y sus ojos oscuros me miraron con dulzura. Realmente era una mujer muy bella, aún más que en las fotografías de la web. Ella parecía ser muy fina. Me acerqué a saludarla y me abrazó con confianza, como si me conociera de toda la vida.

- Tú debes ser Kurt, ¿cierto? – consultó con una sonrisa natural.

- El mismo, único y auténtico – la saludé con un beso en la mejilla.

La mujer se veía joven y su cabello rizado y azabache le restaba bastante edad. Creo que papá tenía razón al decir que era simplemente perfecta.

Love Fool [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora