Capítulo 11: "Sr. Presidente"

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Algo cálido me cubría, lo sentía calentar mi cuerpo. Percibí un olor familiar, que disfrutaba en sobremanera oler... Blaine... ¿Blaine?

Abrí los ojos de inmediato, desconociendo al instante el lugar en el cual me encontraba. Este no era mi cuarto, ni mucho menos mi cama. Un par de enormes posters de Katy Perry adornaban las paredes en azul príncipe. Sobre el buró pude ver una colección completa de vinilos que iban desde Queen y los Bee Gees, a Sinatra.

El edredón marrón con detalles en blanco, se movió a mi lado. Volteé a ver a sólo un centímetro de mi cara, el rostro dormido de mi moreno. Estábamos durmiendo juntos, en su cuarto y yo no recordaba por qué.

Vagas imágenes de él pidiéndome que me quedara, que durmiera con él, llegaron a mi memoria luego de un rato. Miré a mí alrededor en busca de mi ropa, aunque... Me eché un vistazo por debajo del edredón y vi mi disfraz puesto aun.

Un brazo me envolvió con propiedad de improviso, haciéndome pegar un bote de la sorpresa.

Aclaré mi garganta sonoramente, para despertarle y que me soltara, así yo podría largarme a mi cuarto y darme una relajante y extensa ducha matutina. Él no se inmutó.

- ¿Blaine? – le hablé, con voz ronca – Blaine, ¡Blaine! ¡Despierta! – Lo mecí con mi cuerpo, hasta que éste finalmente separó los párpados, dejándome ver sus ojos color miel, inyectados en sangre, debido al alcohol y el trasnoche – Buenos días... ¿Me sueltas para salir de aquí? – traté de sonar amable, pero no lo conseguí.

- ¿Por qué estás en mi cama? – Entonces sus ojos se ampliaron y me miró aterrado - ¿Q-qué pasó a-aquí? ¿Tú y yo nos...? – chilló histérico, pero yo lo interrumpí, antes de que siguiera diciendo estupideces.

- ¡Hey! Nada pasó... - le aparté la mano que aún me abrazaba de un manotazo – Ya quisieras, pero no tienes tanta suerte – reí de mi chiste, aunque él no le vio la gracia – Okay, me largo.

- De acuerdo – se apartó, cubriéndose hasta la barbilla y cerrando los ojos nuevamente.

Me sentí renovado en cuanto me hube bañado y cambiado de ropa. Moría de sed, por lo que bajé a la cocina y casi me caí por las escaleras en cuanto vi el desastre que había quedado luego de la fiesta. Esto es un estercolero. Comida pisoteada en la alfombra, confeti y globos reventados sobre todo el suelo, manchas que no se podía saber exactamente de lo que eran, manteles mugrientos, vasos rotos, sillones revueltos, cigarrillos a medio fumar en el vestíbulo, e incluso, prendas de vestir olvidadas.

Tendría que contratar a todo el elenco del programa "Cada cosa en su lugar" si quería lograr que esto quedara como estaba.

Mi padre me matará, eso es seguro.

...

El lunes llegó con sabor a victoria. Deseaba con tantas ganas ver a Tina cortando con Blaine, que adelanté una media hora mi rutina de hidratación esta mañana.

Caminé por los pasillos, siendo asediado por feas miradas despectivas. ¿Por qué demonios todo mundo me mira tan mal? ¿Tendré algo en la cara? O, aun peor... ¿Habré pisado excremento de perro?

Me aterré, encerrándome en el servicio más cercano y me observé detenidamente en el espejo. Todo perfecto. Luego me examiné el resto del cuerpo y nada.

Entonces ¿qué es lo que tanto me ven?

Salí nuevamente, dirigiéndome al casillero de Blaine. Debía estar en primera fila para verlos terminar.

Love Fool [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora