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El teléfono suena. Una. Dos. Tres veces.

—¿Hola?...

Su respiración agitada y cargada de odio se escucha a través de la línea y se reprime con algo parecido a un hipido, El labio inferior comienza a temblarle y un hueco en su estómago lo hace sentir que vomitara.

¿Por qué haces esto maldita sea?

Tiene miedo. Tanto miedo que siente como si el peso del universo le pudiera caer sobre el cuerpo, no ha gritado aún pero seguramente si lo tuviera enfrente ya se le hubiera lanzado a llorarle en los pies.

—Te lo advertí claro Junhui, ese maldito maricon de mierda no se te volverá a acercar.

Y en este momento el miedo se transforma en odio, en rencor, en coraje, ¿Por qué ofende de esa manera a lo que más ama en la vida?.

Detente... Papá, no le llames así.

Quiere aventar el teléfono por los aires y llorar y berrear hasta descargar todo lo que tiene por decir, Pero no lo hace; Pronto, su madre también estará al tanto.

Eso es lo que es Junhui.

Y decenas de groserías y palabras despectivas más salen del parlante, hiriendo y atravesando su corazón y su alma. Su seokmin no es nada de aquello, Que lo ofenda a él, el ha sido quien lo ha ofendido, quien lo ha decepcionado, quien lo ha traicionado, Seokmin no.

No digas que no te lo advertí, no quería tener que llegar a esto pero me aseguraré que no lo vuelvas a ver.

—No lo lastimes.

—Debiste pensarlo antes.

Y esta llamada anuncia lo que parece ser el principio del fin.

Hetero... ¿Con una desviación? ¦ SEOKHUI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora