NOCHE DE BORRACHERA

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Sólo habían pasado tres días desde la muerte de mi padre, y parecía como si hubiera pasado un siglo. El único momento del día en que desconecto es cuando diseño.

-¿Si?- contesté al móvil cuando sonó.

-¿Cómo estas Hope?- me preguntó mi hermano.

-Genial, todo va de maravilla- le mentí- ¿Y a ti, cómo te va?

-Es todo muy diferente, la gente es un poco borde, pero he encontrado a una chica que es increíble, le he pedido una cita- dijo emocionado.

-Hace tres días que te has ido Jack- le dije riendo un poco por primera vez en tres días.

-Lo sé, pero parece que la conozco de toda la vida, creo que me gusta más de lo normal- dijo riendo.

-Me alegro por ti Jack- le dije con lágrimas en los ojos.

-Esta mañana he hablado con el abogado ¿te parece todo bien lo que dice allí?- me preguntó cambiando de tema.

-Sí, por mi parte- respondí.

-Me he enterado de que has ido al antro del que siempre te hablamos papá y yo- esta vez lo dijo con voz un poco tensa.

-Sí, necesitaba descargarme un poco, ya sabes- le dije.

-Me parece genial, pero ten cuidado, allí no tienen muy en cuenta el sexo- dijo preocupado.

-Lo sé, tranquilo Jack, ¿ya hablaremos otro día si? Llámame pronto- le dije y colgé.

La semana terminó muy deprisa, yo no volví al antro pero me hice instalar una sala de boxeo en mi piso para poder practicarlo siempre que quiera. Estaba enfocada de lleno en los diseños que tenía que hacer para la siguiente desfilada que será el mes que viene. Mi secretaria y todos mis trabajadores volvieron a la faena de siempre y yo, por supuesto también me volví a centrar en mi aburrida y rutinaria vida. Por lo menos esto me serbía para no pensar en todo lo malo que estaba sucediendo en mi vida.

Estaba un viernes tranquilamente escuchando música de Beethoven en mi sala de diseñar y de repente me sonó el teléfono.

-Dime- dije cabreada por la interrupción, odiaba que mientras trabajara me molestaran.

-¿Hope?- preguntó una voz desconocida.

-Esa soy yo- respondí como siempre.

-Soy Axel- me quedé callada un momento asimilando que me estaba llamando.

-¿Cómo has conseguido mi móvil?- pregunté lo primero que me vino a la mente.

-Soy el jefe de tu abogado- dijo él .

-¿Qué quieres?- dije ahora borde.

-¿Estás bien? es que hace una semana que no vienes a luchar- dijo y escuché como las ruedas de supongo una silla se movían.

-Tengo trabajo, además no volveré más- dije mirando un boceto increíble.

-¿Por qué?- preguntó-No, no me lo digas, lo sé, la otra vez te dieron una paliza y ahora tienes miedo.

-¿Pero qué dices? ¿Tú eres tonto o te haces?-le pregunté enojada.

-Te dije que no volvieras- no terminó la frase que le colgué el teléfono.

Haber que se a creído este, que además de ser él el que llama me tiene que hablar así, va muy claro.

Pasó un mes sin saber nada de Axel, una parte de mi pensaba en él, pero la otra parte me decía que no se merecía ni un segundo de mi tiempo.

El boxeo, nada más. (PAUSADA)Where stories live. Discover now