SORPRENDIDA

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Cuando salí respiré aire puro y por fin podía ser yo misma sin presiones. Me fui a mi piso para cambiarme de ropa e ir a un antro de boxeo. Lo necesitaba, me daba igual la reputación que había cuidado hasta ahora. Necesitaba liberarme y era el único lugar que estaba abierto por la noche. Me puse unas mallas con un top de deporte con una chaqueta. Me subí al coche y me fui al antro del que tanto me habían hablado mi padre y hermano.

De camino me entró una llamada.

-Enana ya he llegado- dijo mi hermano.

-¿Que tal fue el viaje?- le pregunté mirando la carretera.

-Bien, aburrido pero bueno ¿cómo estas?- me preguntó con un tono de preocupación.

-Bien, hoy he hecho otro desfile y me ha ido genial- le dije para cambiar de tema.

-Me alegro, ya hablaremos que ahora tengo que coger un taxi- dijo despidiéndose.

-Hablamos- dije cortando la llamada ya que ya había llegado a mi destino.

Había gente afuera haciendo cola y no me quedó más remedio que sumarme a ellos. Al cabo de media hora y empujones y golpes por todos lados conseguí entrar en ese asqueroso lugar. Había un montón de gente aglomerada al centro, donde suponía que debía haber el ring.

-Perdona, ¿te conozco?- me preguntó un chico cogiéndome del brazo.

-Lo dudo- dije estirándolo para que me soltara.

-Eres la hija de Nicolas- dijo afirmándolo.

-Era- recalqué- y eso a ti no te importa.

-¿Como que eras?- preguntó riendo.

-Muerto- dije y él puso cara de confusión- está muerto.

-Lo siento- dijo él.

-Yo también- le respondí borde empezando a encontrar la ira que tanto me caracterizaba y me gustaba- ¿Dónde puedo luchar?

-¿Tú? ¿Enserio?- dijo riendo.

-¿Me ves cara de chiste o algo para estar bromeando?- le dije frunciendo el ceño.

-No perdón- dijo disculpándose- ven conmigo.

Me guió entre la multitud pero de repente una zorra me empujó muy fuerte y me golpeó en las costillas enfureciéndome.

-¿Pero tú de que vas?- le dije en tono amenazante, necesitaba discutir con alguien y le había tocado a ella.

-¿Perdón?- dijo mirándome con superioridad.

-¿Que me miras así, zorra?- le pregunté cogiéndole el jersey.

-Para zorra ya tenemos a tu madre- dijo ella, y sin poder contener la ira y haciéndome perder la poca cordura que me quedaba, no me reprimí más y salté encima de ella golpeándola con todas mis fuerzas.

-No te vuelvas a poner con mi familia- le susurré al oído.

-¿Pero qué haces?- me gritó el chico de antes y entonces me di cuenta de que todo el mundo tenía su atención puesta en nosotras.

-Puta- le dije a la chica sin responder al chico y ella me miró con odio- llévame al lugar para apuntarme- dije girándome al chico de antes.

-Ya estamos- dijo obvio.

-¿Qué?- pregunté sin entender.

-El chico de tu lado- dijo señalándomelo y me encontré con un chico guapo la verdad.

-Quiero luchar- dije directa.

-No puedes, lo siento, tienes que tener un entrenador- dijo él.

-¿Que tontería es esta?-pregunté.

-Yo lo hago- dijo el chico que me ha acompañado hasta ahora.

-Tú no puedes bro, ya lo eres de Chloe.

-Tienes razón, lo siento- dijo mirándome y se fue dejándome sola delante del hombre odioso que no me dejaba apuntar.

-No, no, no, me niego- dije enojada- si no me dejan luchar por las buenas me pondré a pelear con todo ser que esté bajo el podio.

-Bájale a tus humos niñata- dijo mirándome mal.

-¿Crees que me das miedo?- le pregunté riendo irónica, tenía ganas de pelear y lo haría con todo el mundo- Si solo eres una sanguijuela más de este montón de mierda.

-Cállate zorra- dijo enojado.

-Ja, zorra yo- dije burlándome- y los dinosaurios existen, mira tengo uno de mascota.

-Vete antes de que te eche a puñetazos- dijo empujándome.

-Inténtalo- dije devolviéndole el empujón.

En un momento de rabia me empujo tirándome al suelo y se rió junto con todos los que estaban viendo el espectáculo. Me levanté con toda la rabia contenida para salir corriendo hacia él, pero unos brazos me detuvieron.

-Yo seré su entrenador- dijo una voz.

-Pero...- dijo el chico que me empujo.

-¿Lo tengo que repetir?- dijo con voz amenazante él chico de detrás. Tengo que admitir que esa voz sí que me puso los pelos de punta.

-No, no- dijo el chico que antes peleaba conmigo.

-Está bien, apuntala, luchará en la tercera ronda- dijo él chico misterioso empujándome para que avanzara.

-¿Pero qué haces?- chillé histérica- deja de empujarme, se andar.

-Una oportunidad, me has escuchado- dijo abriendo una puerta y empujándome dentro.

El chico traía capucha y aún no lo había podido ver, además estábamos a oscuras y ya me estaba poniendo nerviosa. De repente las luces se abrieron cegándome por un momento.

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¡Hola bellos y bellas!

Espero que os este gustando mi historia, la verdad es que no me esta costando nada escribirla porque mis dedos no pueden parar de moverse.

Sobre todo acordaros de hacerme saber si os gusta votando y comentando

Mi mayor agradecimiento a todos aquellos que me estáis siguiendo

Mil y un besos para mis mas querid@s lector@s

El boxeo, nada más. (PAUSADA)Where stories live. Discover now