LUCHAS

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Tengo que admitir que estaba un poco nerviosa, si no ganaba a esta chica finalmente me quedaría en la calle. La hora de las luchas empezó y me quedé un poco impactada de lo bruta que era la gente. A una chica le habían roto un brazo. Finalmente llegó mi momento y antes de subir vi la espalda de Axel a punto de irse.

-Hope Dempsey contra Mónica Llenz- al momento en el que Axel oyó mi nombre paró en seco y tenso todos sus músculos. Se giró poco a poco y cuando llegué arriba del ring nuestros ojos conectaron. Me miró de forma desesperada como preguntándome donde me había metido y el porqué. Se acercó lo más rápido posible al ring porque aún quedaban unos minutos.

-¿Estás loca?¿qué coño estás haciendo?- dijo enojado subiendo a las cuerdas para hablar conmigo más de cerca.

-No estoy loca- dije dando saltitos para calentar.

-¿Sabes que te pueden matar? Aquí todo vale- dijo cogiéndome por los hombros para que parara de saltar.

-Lo se- dije mirándolo.

-No sabes luchar- dijo apretando la mandíbula.

-Sí que se luchar- repliqué.

-Hope, la gente que lucha aquí es gente profesional, por favor abandona- me miró con ojos preocupados.

-No pienso abandonar, ¿por quién me has tomado?- dije empezando a sentir como se me calentaba la sangre.

-¿Por mí, si?- dijo con una sonrisa.

-Ni por ti, ni por nadie- dije poniéndome ya en posición porque el árbitro lo indicó.

-Concéntrate en sus movimientos- fue lo último que escuché antes de concentrarme totalmente.

Me centré en normalizar mi respiración, noté las apretadas vendas en mis manos, su movilidad, me centre en mi pecho subiendo y bajando al compás de mi respiración y finalmente me centré en mi contrincante. Una chica alta, con mucho músculo y si no me equivocaba era de las típicas que atacan primero. Nunca la he visto actuar y esto es malo, pero lo bueno es que ella a mí tampoco me ha visto.

La pelea comenzó, ella dio el primer puñetazo que yo bloqueé, le intenté dar un puñetazo pero lo esquivó, ella me dio una patada en la pierna haciéndome perder un poco el equilibrio pero lo recuperé en segundos, dándole mi mayor gancho, que la dejo atontada. La pierna me dolía así que cojeaba un poco, ella viendo mi punto débil me lanzó otra patada en el mismo lugar haciéndome gemir de dolor, será puta. Con mi mente fría y pensando en sus movimientos encontré su punto flojo, el abdomen, aún no lo ha protegido en ningún momento. Con la pierna buena me lancé al aire impactándola en su barriga y tirándola en el suelo. Yo caí junto a ella en el suelo por no poder sostenerme con la otra pierna. De repente en el suelo me vi siendo golpeada en la cara, notaba el sabor a sangre en la boca y el dolor palpitante en mis facciones.

-Ríndete- oí que gritaba Axel.

El no sabe de lo que soy capaz, con las fuerzas que me quedaban hice una maniobra cambiando los papeles y le di un puñetazo que la dejo inconsciente.

-Señoras y señores tenemos una nueva ganadora Hope Dempsey- grito el árbitro cogiéndome del brazo y levantándolo.

Me baje del ring con los gritos de toda la gente y me fui directa al de las apuestas.

-¿Cuánto dinero he ganado?- le pregunté jadeando por el dolor de la pierna y el cansancio.

-No mucho por ser la primera pelea, poca gente ha apostado por ti, pero créeme a la próxima ganarás mucho más- dijo entregándome 200 euros.

-Gracias- dije contenta por al menos haber ganado algo de dinero.

Me disponía ya a irme del lugar para curarme, pero una mano me paró.

-Espera- dijo Axel.

-¿Que quieres?- le pregunté de mal humor.

-¿Porque estas enfadada ahora?- dijo cruzándose de brazos.

-No sé, ríndete ¿enserio? no me valoras lo suficiente- dije echándoselo en cara.

-¿Te has enfadado por eso?- me preguntó con una ceja levantada.

-Si, yo soy mejor que todos los que están aquí, llevo toda mi vida entrenándome para esto- dije

-Eres buena, pero necesitas refrescar todos tus movimientos, estas oxidada, quedamos mañana a mi casa a las 7- dijo él.

-Estoy ocupada- dije saliendo fuera del local.

-Si estar ocupada es estar en tu piso sin hacer nada, entonces lo estas- dijo.

-¿Como sabes lo que hago y dejo de hacer?- pregunté enrabiada.

-¿Crees que todos estos meses me he olvidado de ti? Vas muy equivocada, he seguido cada uno de tus pasos.

-¿Y no has sido capaz de ayudarme?- pregunte incrédula.

-Quería que me lo pidieras, no soy como tú crees que soy, no te voy a ir detrás- dijo mirándome.

-De momento lo estás haciendo- le dije, jaque mate, chaval.

-No, nunca te he ido detrás, solo me he interesado un poco por tu vida, por curiosidad, pero ahora que se que es patética no me pienso interponer más- dijo enfadado.

-Perfecto, mañana entrenas tu solito en tu casa, porque no me veras más el pelo- digo cabreada y dolida por sus palabras.

-Yo no soy el que quiere ganar dinero, eres tú, así que allá tú con tus malas decisiones- dijo él marchándose.

Cabrón, era lo único que me venía en la mente en este momento, un cabrón de cuidado. Me fui a casa y me curé todas las heridas. Cuando me fui a dormir me puse hielo en la pierna para ver si el dolor cesaba mañana por la mañana.

Me desperté y vomité al instante, hacia días que no paraba de devolver todo lo que comía. No he vuelto a ver a Axel, mi orgullo es más fuerte que las ganas de rememorar antiguos movimientos. Sé que sola en casa puedo hacerlo, pero otra cosa es que me queden fuerzas para ello. El dinero que gané en la anterior pelea no fue suficiente. Había dejado pasar dos semanas para recuperarme de la pierna y de los golpes, pero hoy ya había llegado el momento de volver a pelear. Sé que estoy débil, pero si no me quiero quedar en la calle por más tiempo me tengo que esforzar.

Llegué al antro de siempre, eran las dos de la madrugada, era el momento en el que empezaban las apuestas. Antes de entrar rezo para que hoy Axel no esté para verme.

Al entrar no saludo a nadie y voy como la última vez directa a las apuestas.

-Hola- saludo al chico de la otra vez.

-Pero bueno, creía que no volverías a aparecer- dijo él con una sonrisa.

-¿Y eso porqué?- pregunté borde.

-Porque la semana pasada no viniste a pelear, y normalmente cuando alguien gana un combate el 99% vuelve, más confiados aún- dijo.

-Yo no soy como los demás, tenía cosas que hacer- dije sin más.

-Está bien, ya estas apuntada, vas a luchar contra Rocío Gras- dijo mirándome.

-¿Es buena?- pregunté con curiosidad.

-No demasiado, casi nunca gana, no sé cómo es que aún viene por aquí- dijo negando con la cabeza.

-Está bien, gracias por la información- dije despidiéndome.

Por suerte hoy lucharía contra alguien flojito, pero no me quería confiar, es una de las reglas más importantes para mi padre, siempre desconfía de tu contrincante.


El boxeo, nada más. (PAUSADA)Where stories live. Discover now