Cita con Jin

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—¡Kim Seok Jin juro que cuando te encuentre te voy a matar!

Habló Young Mi exasperada y solté una pequeña risa. Desde hace 10 minutos estaba escondido dentro de el armario donde guardo mis abrigos, habíamos estado haciendo galletas pero me cansé de amasar y decidí esconderme.

—Aquí estás.

Fue lo único que alcancé a escuchar antes de ser jalado del brazo fuera de el armario.

—Me encontraste—Sonreí divertido a lo que ella frunció su ceño e hizo un puchero que en vez de dar miedo me pareció sumamente adorable —Me encanta esa manía tuya de inflar las mejillas, abultar tus labios y fruncir el ceño cuando estás molesta.

—No debería encantarte, debería preocuparte, me pierdes.

Se cruza de brazos.

—No te enojes linda, sabes que sólo jugaba.

Me acerqué a ella y me incliné un poco para darle un tierno beso en la frente. Young desinfla sus mejillas y aún con el puchero pasa sus brazos por mi cintura dándome un lindo abrazo, correspondo enrollando mis brazos en su espalda y con una mano acaricio su cabello.

—Eres tan tierna.

Sonreí mientras seguía abrazándola.

...

—En serio Jin, acabas mi paciencia.

Suspiró Young Mi mientras observaba ambos platos de galletas.

—¿Qué tienen de malo? Son bonitas.

—Pero... Se suponían que serían galletas con forma de corazón, no con forma de estrella de Mario Bros.

—Lo hecho, hecho está -Reí- No seas tan gruñona.

-No soy gruñona.

-Lo eres— Me acerqué y le apreté un cachete—Prueba una.

Agarré una galleta y sin esperar su respuesta se la metí a la boca, ella le dio un mordisco y luego me miró.

—Te perdono sólo porque están buenas.

Volví a reír y agarré una de sus galletas para luego comenzar a comerla.

...

—Es estúpido, o sea... ¿Qué tiene que ver eso a la vida diaria?

Se quejó Young Mi mientras seguía viendo la televisión. Aproveché que no me estaba viendo para ponerme unas gafas de sol que estaban sobre la mesa y el abrigo que ella había traído.

—No lo sé querida, pero debes hacer algo antes de sacarte de Top Model.

Hablé fingiendo la voz de el señor y ella rió, cuando volteó a verme, rió más.

—Pero señor Seok, si me saca destruiré toda su colección de Mario Bros.

Habló ella con dramatismo a lo que yo puse una mano en mi pecho e hice una mueca de indignación exagerada.

—Váyase ahora mismo.

Giré mi cabeza a otro lado y volvimos a reír, me quité el abrigo y ella me quitó las gafas.

—Hablando de Mario... Jamás te he mostrado mi colección.

—Eso es cierto... Deberías hacerlo ahora mismo.

—Eso pensaba hacer, vamos.

Me levanté del sofá y la tomé de la mano. Ella se levantó con mi ayuda y caminamos hasta mi habitación.

Allí, todo estaba perfectamente ordenado: Cama tendida, piso brilloso, paredes decoradas con algunos posters de juegos, paredes azules y blancas, un escritorio al fondo, un espejo en la pared más grande y, a un lado, una repisa con mi colección de Mario.

—Wooooow, hasta tienes un castillo.

Habló ella asombrada y corrió hasta quedar frente a este, comenzó a detallarlo sin tocarlo si quiera un poco, parecía tener miedo de dañarlo o algo parecido.

—Y por supuesto, qué sería un castillo sin su princesa —Hablé a sus espaldas y posé a mi figura de la princesa Peach a un lado de el castillo —Esa eres tú.

Hablé con una sonrisa mientras buscaba a Mario, cuando lo encontré lo puse al lado de Peach.

—Mario y Peach.

— Tú eres Peach y yo soy el Mario que va a salvarte de todo peligro —Conectamos miradas y sonreí levemente —Te quiero mucho Young Mi.

—Y yo a ti Jin.

Respondió con una sonrisa en el rostro y sus mejillas se tornaron de un suave carmesí, sus enormes ojos color miel tomaron un pequeño brillo más intenso que el de antes y fue en un momento cuando ya tenía su cara entre mis manos.

—Cuando estés triste, sola, te sientas mal o hayas cometido un error, yo estaré allí. Pase lo que pase estaré allí —Apreté mis labios —No importa cuanta distancia haya entre nosotros, así estés del otro lado de el mundo recuerda mis palabras: "Pase lo que pase saldremos de esto, no hay nada que no podamos superar si creemos en nosotros, pequeña"

Los ojos de Young Mi estaban aguados y su labio inferior estaba temblando. Estaba a punto de preguntar que pasaba cuando sus labios estamparon contra los míos en un suave y tierno beso lleno de amor.

Al cabo de unos segundos nos separamos y volvimos a mirarnos.

—Creo en ti Seok Jin, creo en nosotros.

Sonríe y me abraza.

BTS - ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora