01 Juan Alegre, no es tan alegré.

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“Su amistad es como una caja, trae consigo muchas sorpresas.
Pero, jamás imagine que él, sería como la caja de Pandora”
–Juan Alegre–


El sol brilla, los cuervos chillan, la arena arremete fuertemente contra mis mejillas, intentándo hacer retroceder mis pasos, la calor es sofocante y el olor a desesperacion se respira en el aire; En fin, es un día como cualquier otro —En un apocalipsis zombi, claro—. En resumen, mi día había empezado con total normalidad... Y por normalidad, me refiero a ser perseguido por una horda de zombis, hambrientos de carne humana.

—¡Mierda! ¿Por qué me pasan estas cosas?

Buenas, mi nombre es Juan Alegre y mi nombre no es nada más que una vil burla; no porque fuese mi apellido, de hecho ese era mi segundo nombre. Irónico, dado que difícilmente podía estar feliz o contento con algo de mi vida, tras ser el causante original de este apocalipsis.

—¡Corre Juan, corre!

Y para empeorar debía estar junto a este loco. German, al parecer mi única compañía, la única “Cosa” que ha permanecido junto a mí, día y noche, sin darme descanso;como si de una plaga se tratara. Era el causante del 90% de mis problemas y aun así se rehusaba a dejarme en paz.

—¡Haz algo! Por tu culpa nos persiguen —demande alterado.

—Perdón creí que se trataba de mi amigo... Emmm... ¡Pedro!... Si mi amigo Pedro.

Era obvio que él no tenía un amigo llamado Pedro. Y aunque así fuera, sabía que su verdadera intención era hacer que los zombis me quisieran matar; teniendo así, la oportunidad de convertirme en un zombi.

[...]

Claro que no. Realmente creí que era mi amigo pedro.

German, tú no tienes amigos.

Claro que sí.

Nómbrame tres y que no sean de Internet.

... ¿Pedro?

Que de verdad exista.

...

Mejor cállate y déjame seguir narrando.

[...]

Desde que me había encontrado con German mi sobrevivencia era más difícil, tenía que estar con él, ayudarlo en algunas tareas, además de su constante sabotaje para impedir que yo llegara al área de contención. La “Zona Cero”, un lugar donde se decía, llegaban los sobrevivientes para un analizáis y hospedaje a cambio de trabajo de campo, donde se cosechaban alimentos y se hacían tareas de re-abastecimiento; como costura, ganado, cosecha y entrenamiento en armas para reconocimiento de área y ampliación de territorio.

—Rápido German; detenlos ¡Haz algo! —Gritaba desesperado y furioso dado que siempre había problemas con
German a mi lado.

—De acuerdo —soltó con aire heroico; pero a mis adentros sabía que haría una estupidez.

—¿Ah?

—Corre Juan... Yo los detendré. —dijo deteniéndose en el acto, volteando en dirección a la horda.

Al escuchar sus palabras no pude evitar sonreír, al fin podría librarme de él y sobrevivir a los zombis; podría escapar mientras German luchaba contra ellos. Era tan fácil como matar 2 pájaros de una piedra.

"¿Qué? en la vida real no se encuentran municiones por el piso; hay que ahorrar balas"

Sin más corrí a lo que daban mis piernas, esperando que German hiciera algo, como tomar un palo y empezar a golpearlos para darme el tiempo suficiente, como para correr de allí, pero por desgracia nada de lo que pensé sucedió.

Mi Amigo es un ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora